Las limitaciones del cepo cambiario volvieron a verse reflejadas en 2013 en el sistema financiero. Al igual que en 2012 y 2011, año en el que se instauraron las trabas para la compra de dólares, los bancos sufrieron el año pasado un drenaje de sus depósitos en dólares.

De acuerdo con los datos del Banco Central (BCRA), las colocaciones totales en moneda extranjera (que incluyen los fondos del sector público) cayeron 14%, o US$ 1391 millones, a US$ 8556 millones. Mientras que los depósitos del sector privado descendieron 13,1% (US$ 1042 millones), a US$ 6910 millones.

La caída, no obstante, fue menor a la registrada en años previos. En 2012, los depósitos en dólares del sector privado se habían desplomado 34,7%, mientras que las colocaciones totales habían caído 25,4%, a US$ 9947 millones.

Un año antes, la baja de las colocaciones en dólares totales había sido de 17,2%, a US$ 13.334 millones, mientras que los depósitos privados en la misma moneda habían registrado una leve mejora de 3,9%, a 12.188 millones de dólares.

El drenaje de dólares de los bancos comenzó con el cepo cambiario, en octubre de 2011, pero luego se acentuó en 2012, después de que el Gobierno terminara prohibiendo la compra de dólares para atesoramiento.

La salida de los depósitos en moneda extranjera no sólo hizo que las empresas exportadoras, que usualmente demandaban estos dólares para prefinanciar sus ventas se volcaran al mercado de crédito en pesos, sino que también se tradujo en una caída de las reservas internacionales en poder del Banco Central. Y es que gran parte de los dólares que los depositantes dejaban en los bancos estaban encajados en cuentas corrientes en la entidad monetaria.

Después de la pesificación de 2002, los depósitos en dólares del sistema financiero se habían empezado a recuperar lentamente, en línea con la mayor actividad y el repunte de la confianza de los ahorristas en los bancos.

En 2010 alcanzaron su máximo, con 16.270 millones de dólares en todo el sistema financiero. Desde entonces, con el cepo cambiario como disparador, las colocaciones en moneda extranjera cayeron casi 47 por ciento.

Fuente: La Nación