Los tapones en los canales de riego son una constante en el verano y el Estado debe invertir recursos humanos y maquinaria para poder despejarlos. Una realidad a la que 2014 no está ajena.
El ingeniero Fabio Chiacchio, subdelegado de Aguas del río Diamante explicó que este trabajo demanda grandes recursos que no pueden agotarse ya que todos los días se encuentran con problemas similares. Jóvenes y no tan jóvenes taponean los canales con objetos de los más diversos, como maderas, escombros, botellas, carteles, ramas y otros más pesados o difíciles de colocar, como recientemente, un portón. “Llevamos más de 80 camionetas sacadas desde el 1 de diciembre completamente llenas con todo tipo de elementos usados para obturar el canal”, dijo. Todos esos residuos deben ser llevados a un vertedero una vez retirados de los canales.
La subdelegación cuenta con el apoyo de los tomeros en el trabajo de recoger esos objetos para liberar el curso del agua. En el caso del canal Pavez se ha creado casi un verdadero balneario al que acuden cientos de personas que no solamente producen daños en la infraestructura hídrica sino también vial ya que se producen derrames que a la larga generan roturas edilicias en barrios aguas abajo.
El problema más grande lo sufren los regantes que pierden turnos con todo lo que eso implica para la producción. “Estamos en plena crisis hídrica y el agua tiene que ir a las fincas y no estarse perdiendo por las calles que además es un grave delito”, señaló Chiacchio.
Hay quienes reaccionan de manera muy violenta contra los tomeros o quienes desobturan los canales, quienes son atacados con piedras y todo tipo de improperios por lo que deben ser apoyados por la policía.
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