San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

Nuevo mapa del poder: Capitanich y Kicillof corrieron a Zannini

Nuevo mapa del poder: Capitanich y Kicillof corrieron a Zannini

El jefe de los ministros y el responsable en Economía se conocen desde hace tiempo. Cuestionamientos al secretario Legal.

Esta semana, Jorge Capitanich tendrá instalada en su despacho del primer piso de la Casa Rosada una nueva computadora. No se trata de una máquina cualquiera. Contiene el software que permite monitorear segundo a segundo la recaudación tributaria nacional rubro por rubro. La misma que tiene Ricardo Echegaray en su oficina.

Fue el primer pedido que le hizo a su vice, Carlos Sánchez, un contador neuquino con larga trayectoria en la AFIP, amigo personal del nuevo jefe de gabinete, con quien compartió equipos de trabajo en el sector público y privado desde los 90. Además, el chaqueño pidió a los encargados de sistemas de la Casa Rosada que le prepararan una segunda pantalla donde seguir la evolución de la bolsa y otras variables financieras.

«Para estar en este lugar hay que entender de todos los temas y estar encima de estos datos», respondió a uno de sus colaboradores que dudó sobre la necesidad de semejante despliegue.

El shock que produjo la semana pasada Cristina Fernández en su gabinete no fue sólo un cambio de nombres. Se estrenó una lógica inédita en la década kirchnerista en la que la Presidenta delega la gestión cotidiana.

Sobre el tándem Capitanich-Kicillof predominan dos visiones contrapuestas en el gobierno. Una afirma que se pasó de no tener ministro de Economía -una jactancia de Néstor y Cristina desde la salida de Roberto Lavagna en 2005- a tener dos.

La otra es que de los cinco mosqueteros díscolos (Lorenzino, Moreno, Kicillof, Marcó del Pont y Echegaray) se pasó a un equipo más compacto y homogéneo. ¿La puja será ahora entre el jefe de gabinete y el ministro de Economía? «Ya quieren fabricar una interna donde no la hay. Coqui y Axel trabajaron juntos hace 15 años, se conocen de memoria y piensan lo mismo. No hay celos entre ellos. Son un equipo», replica un hombre de máxima confianza del chaqueño.

En pocas horas, Capitanich copó la representación del gobierno en la escena pública. Es un vocero generador de títulos para la prensa, un par calificado en las conversaciones con los gobernadores y conduce las reuniones con empresarios y sindicalistas.

El punto alto de esta semana será su presentación del miércoles en el Congreso, al que piensa asistir con regularidad para dar el debate ante la oposición en nombre del Ejecutivo. Para diciembre prepara la presentación de 200 metas de gobierno para los próximos dos años y alguna solución para las deudas de las provincias con la Nación.

Quien ve menguado su poder ante este despliegue es Carlos Zannini, el único que, hasta ahora, con un estilo opuesto y lejos de los flashes, representaba hacia el interior del gobierno la palabra de la Presidenta. «Cuando tuvo que administrar políticamente, quedaron al descubierto demasiadas internas», describe un funcionario que agrega que el secretario Legal y Técnico vive en cortocircuito permanente con los caciques del PJ.

«No dejará de ser un hombre de máxima confianza para Cristina, pero ella necesitaba alguien con otras cualidades para esta etapa y que suene creíble como carta para 2015», explica un secretario de Estado.

Claro que una cosa es la brutal reconfiguración escénica que se produjo estos días y otra el cambio de políticas que den soluciones a los problemas pendientes que se van acumulando.

«Capitanich y Kicillof no van a renegar públicamente de nada de lo que se hizo ni van a anunciar grandes cambios pero van a ir ajustando las clavijas y dando racionalidad y previsibilidad donde antes no la había. Confían que con eso alcance para atraer algunas inversiones, conseguir créditos, zafar del iceberg y llegar a flote a 2015», resume un alto funcionario.

En eso les va su futuro y la supervivencia del proyecto kirchnerista.

Leonardo Mindez – Especial para Los Andes

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