Hay entre 25 y 30 chicos que están en condiciones de salir de los hogares pero no hay interesados. En diciembre arranca la campaña oficial. Cómo se cuida a un pequeño vulnerado.
Por estos días, el Ejecutivo provincial ultima detalles para lanzar una campaña intensiva que saldrá por los medios y la vía pública a partir de diciembre. ¿El fin? Que los chicos que están internados en diferentes hogares de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf) puedan salir de su estado de vulnerabilidad y así crecer bajo la tutela y la contención de un clima familiar.
Según admitió ayer la directora de Restitución de Derechos de ese organismo, Verónica Bertolotti, la Dinaf necesita unas 30 Familias Externas (N. de la R.: lo que hasta hace poco se denominaba Familias Cuidadoras) para hacerse cargo de la educación integral de niños y adolescentes actualmente internados en los hogares del Estado.
“Se trata de chicos que crecieron en un espacio con sus derechos vulnerados o no tienen adónde recurrir. Estamos muy escasos de gente que quiera tomar esa responsabilidad y la verdad es que apelamos a la solidaridad de los mendocinos, ya que si el niño es criado con amor, contención y límites puede tener un cambio muy positivo en su personalidad, en su conducta y en su futuro”, explicó Bertolotti.
No importa, sin embargo, si los interesados son personas solas, están en pareja, tienen hijos o no. Según la titular de Restitución de Derechos, lo fundamental es “aportar un espacio familiar. Hay mujeres que están solas y en condiciones de albergar a un niño o adolescente”, aclaró la funcionaria.
De hecho, la familia o persona que esté interesada en ser cuidadora de un niño o joven internado, sólo deberá pasar por tres requisitos básicos: ser mayor de edad, dar una garantía de solvencia económica mínima y, claro está, aprobar un examen psicosocial ante el personal de la Dinaf.
Todo aquel que se ofrezca a enfrentarse a este compromiso tendrá un pago por parte del Estado. En general, no supera los 550 pesos mensuales para una manutención mínima del pequeño. En mayo de este año, algunos “cuidadores” se quejaron por la demora en el pago. Desde el Ministerio de Desarrollo Social afirman que, ahora, la demora no supera los dos meses, un plazo “normal” en la administración pública, según indicaron.
En la actualidad, sólo en el Gran Mendoza hay 191 chicos ya ubicados en Familias Externas, mientras, en toda la provincia, el número se eleva a 266. Según Bertolotti, son mínimos los casos donde hay problemas con el niño o joven que convive con su nueva familia. Sin embargo, desde la Dinaf advierten que esta modalidad “está muy lejos” de ser una adopción. “Los chicos, generalmente, pueden reintegrarse en poco o mucho tiempo a sus familias biológicas. Esto es un acompañamiento temporal. No es una adopción”, aclaró la funcionaria.
Ser padrino o madrina, otra alternativa
Existe también en la Dinaf una alternativa para acompañar a un niño o joven que arrastra una historia difícil. Se denomina Programa de Apadrinamiento y si bien puede parecer más “ligth” porque se trata de un acompañamiento “cama afuera”, implica una constancia y compromiso a largo plazo por parte del padrino o madrina (los chicos internados generalmente han sufrido abandono por parte de sus adultos biológicos). Por lo tanto, la presencia permanente tiene impacto en la autoestima del pequeño.
De hecho, el Gobierno comenzó hace unos meses a convocar a los mendocinos para que se inscribieran en esta instancia. En total, hubo 170 postulantes y ya se comenzó el período de entrevistas a los interesados en apadrinar. Si bien la convocatoria fue exitosa, aún quedan 300 chicos que buscan la figura de un adulto con esas características.
Según Bertolotti, el promedio de ingreso de chicos con sus derechos vulnerados oscila los 560 anuales, y esa cifra se mantiene desde hace años “lamentablemente”. En contrapartida, bajó 40% la cantidad de chicos que permanecen en los hogares. “No queremos cronicidad en las internaciones. Muchos llegan pero también se reubican más rápido que antes”, concluyó.
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