La principal duda pasa por quién se quedará con la quinta banca nacional en juego. Por primera vez la izquierda tiene posibilidades de llegar al Congreso. Pérez arriesga la gobernabilidad durante los próximos dos años y Cobos busca su proyección nacional.
Mendoza. 1.307.278 electores. 30.000 jóvenes de entre 16 y 18 años están habilitados para votar (Archivo)
Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias le quitaron la mínima cuota de suspenso que podía tener esta elección y buena parte de la dirigencia política llega pensando más en el camino a recorrer hasta 2015.
Esta vez, a diferencia del 11 de agosto, las opciones son seis: Unión Cívica Radical, Frente para la Victoria, Partido Demócrata, Frente Amplio Progresista, Frente de Izquierda y Compromiso Federal.
Quedaron en el camino el Movimiento Socialista de los Trabajadores (que no consiguió los votos mínimos exigidos para competir hoy) y el Partido Federal, cuyos candidatos (los radicales Iglesias, Juri y Fayad) renunciaron tras el mal resultado de las PASO. Igual, ambas fuerzas presentan postulantes para legisladores provinciales y concejales.
Quienes sean elegidos hoy para ir al Congreso remplazarán a los radicales Mariana Juri y Jorge Albarracín; el demócrata Omar De Marchi, el peronista disidente Enrique Thomas (hoy alineado con el massismo pero que fue electo por el Frente Cívico Federal que encabezó la UCR en 2009) y el kirchnerista Omar Félix, el único que busca la reelección.
Julio Cobos, el primero en la lista de candidatos a diputados nacionales radicales, tiene la misión de ampliar los 17 puntos de ventaja sobre el oficialismo de agosto para potenciar su imagen a nivel nacional como presidenciable para 2015. Ya aquel triunfo lo proyectó, pero necesita más para quedar mejor posicionado dentro del arco opositor no peronista.
Gracias a la tracción de su alta imagen positiva parece tener aseguradas para el radicalismo otra dos bancas nacionales (que ocuparían Patricia Giménez y Luis Petri), pero también ayudaría a triunfar a las listas de legisladores provinciales y concejales en buena parte de los departamentos.
El Frente para la Victoria ya tiene una banca asegurada para Alejandro Abraham, el intendente de Guaymallén y presidente del justicialismo. Y aunque admite sin tapujos que perderá hoy, se ilusiona con reducir la brecha con Cobos y a la vez asegurarle la reelección a Félix, que va segundo en la lista.
Las encuestas difundidas están divididas al respecto: algunas (empezando por la propia) dicen que el peronista lo logrará y otras dicen que no, que ese lugar, a esta altura ya famosa «quinta banca», quedará para el candidato del Frente de Izquierda, Nicolás del Caño. La tercera en discordia es Graciela Cousinet, decana de la Facultad de Ciencias Políticas, que va cuarta en la lista radical y aparece a priori con menos probabilidades.
Las dudas son menores sobre la brecha con el ex vicepresidente: todos los sondeos vaticinan entre 20 y 25 puntos.
Si Félix no consigue quedarse en el Congreso, será una catástrofe para el peronismo mendocino, porque apenas podrá conservar la banca que obtuvo en 2009 y deberá asumir una abrumadora derrota ante el mayor enemigo K de estos pagos.
Pero si el sanrafaelino obtiene la banca, aunque la diferencia a favor de Cobos sea de 20 puntos o más, el PJ buscará «vender» que ha «salvado la ropa», para encarar algo más tranquilo el realineamiento interno ante la obligada definición de los sucesores de Cristina Kirchner y Francisco Pérez en 2015.
La pelea por los 19 senadores provinciales y 24 diputados provinciales es otro capítulo fundamental de esta batalla electoral (ver página 4), porque es clave para garantizarle la gobernabilidad a Pérez en la segunda mitad de su gestión. Y allí apuntarán también hoy las miradas.
La revelación de esta elección es el Frente de Izquierda, que tras sorprender en las primarias al quedar tercero con el 7,6% de los votos, no sólo parece haber consolidado ese número sino que algunas encuestas dicen que lo duplicará hoy.
De ser así, su primer candidato, Nicolás del Caño, puede obtener la banca y transformarse en el primer representante mendocino de la izquierda dura en el Congreso nacional.
La otra sorpresa de las primarias, pero por su mala performance, fue el Partido Demócrata, que en los últimos años se había consolidado como tercera fuerza, tras lograr a fines de los ’90 un primer y segundo lugar.
En agosto, aliado con el macrista Pro, quedó en cuarto lugar. Ante esto, el tradicional partido mendocino apeló a sus raíces durante la campaña que encabezó Luis Rosales para recuperar los votantes perdidos.
Una mala elección hoy puede significar no sólo que pierda la banca nacional que renueva, sino que se quede sin representantes en el Senado provincial. Por ello, la mirada demócrata está puesta con énfasis en lo que ocurra hoy, pero también en lo que deberán hacer los próximos dos años para revertir esta situación.
Los otros dos contendientes llegan con expectativas menguadas. El Frente Amplio Progresista, encabezado por el concejal capitalino Alberto Montbrun, y Compromiso Federal, sostenido por la figura del diputado provincial Daniel Cassia, parecieron quedar fuera de la pelea ya en las primarias.
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