La medalla de plata fue compartida con el programa neocelandés de «Zona Libre de Armas Nucleares, Control de Armas y la Ley de Desarme», para el país de los All Blacks. Y únicamente fue superado por el «Tratado (de Tlatelolco) para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe».

Las medallas de oro y plata fueron otorgadas por la máxima organización internacional entre un universo de 24 programas y políticas de países de todo el mundo, incluyendo los de Bélgica, Mozambique, Costa Rica y Mongolia, reconocidos con menciones honoríficas.

El Programa de Desarme mendocino fue coordinado por el especialista en seguridad Martín Appiolaza, en combinación con el entonces subsecretario de Relaciones para la Comunidad Gabriel Conte, bajo el ministerio de Seguridad de Leopoldo Orquín y la gobernación de Roberto Iglesias.

Por aquella época se completó con foros vecinales de seguridad, consejos departamentales, planes de mediación barrial y expansión de los sistemas de alarmas comunitarias en los barrios. El plan propició la entrega voluntaria, retribuida y con destino de destrucción de armas en manos de la población civil, para evitar los riesgos de accidentes y de apoderamiento por parte de delincuentes.

En tanto, el Tratado de Tlatelolco de 1967 se quedó con el Premio de Oro por su contribución al avance de la paz y a la seguridad regional. Se trata nada menos que del acuerdo que declaró a América Latina «zona libre de armamento nuclear», luego de la crisis de los misiles que enfrentó en Cuba a Estados Unidos y a la Unión Soviética.

Marcelo Sivera – msivera@losandes.com.ar