Según consigna el economista Dante Sica, director de Abeceb.com, desde el 2003 a hoy el precio de la leche subió el 464%; los precios de las viviendas, 438%; pan, 377%, la nafta súper, 262%, el dólar ‘blue’; 179%, el subte, 177%; el alquiler, 118%; el dólar oficial, 75%; el pasaje de tren, 53%; el de colectivo, 50%; la tasa de interés de plazo fijo, 37%; mientras que las tarifas eléctricas residenciales lo hicieron un 0 por ciento. «No casualmente, los masivos subsidios en energía y transporte», sintetizó Sica.

En este contexto de distorsión de los precios relativos, un kilo de pan vale 20 pesos, mientras que un boleto en colectivo cuesta 1,7 pesos.

Durante los ocho primeros meses del año, los subsidios a la energía treparon un 73,4% en comparación con el mismo período del año anterior, de acuerdo con un informe elaborado por la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) sobre la base de datos del Ministerio de Economía. En otros términos: hasta agosto, se fueron con ese destino $53.233 millones, unos $22.535 millones más que en el mismo período del año pasado.

La importación de energía concentró el flujo de recursos de las cuentas públicas en lo que va del año. Cammesa, la compañía administradora del mercado eléctrico y una de las mayores responsables de pagar las compras de gasoil y fueloil al exterior (se utilizan en centrales de generación en reemplazo del gas, que escasea), gastó $25.449 millones hasta el octavo mes del año, un 76% más que en el mismo período del año pasado.

La sigue Enarsa, la compañía estatal de energía, que también compra combustibles fuera del país. Hasta agosto, sus gastos crecieron casi 77%, $8.025 millones más que los $10.450 millones del año pasado a esta altura del calendario.

Pero no todos los subsidios son demandados por el sector energético. Por ejemplo, Aerolíneas Argentinas demanda $3.120 millones para operar durante 2013.

Foto:Télam

Fuente: Infobae