En octubre y noviembre mayormente, en nuestra zona se cosechan los espárragos, brotando con más intensidad después de cada lluvia.
Es costumbre en nuestra zona, como en otras tantas, que se observen a niños y adultos, a orillas de canales y acequias, cosechando este producto, ya sea para consumo personal o para su venta.
Nuestros lectores expresarán que es una “costumbre”, que “siempre se ha hecho”, etc,.
Y si, es una costumbre. Pero a raíz de un descuido, en San Rafael, debemos lamentar la muerte de una mujer de 34 años y su hijo de 3 años, quienes se ahogaron cuando estaban cosechando espárragos. El pequeño cayó al canal y su madre en su afán por salvarlo, se arrojó y también falleció.
De este hecho hace sólo dos días. Este miércoles a la mañana, un colega, recorriendo la zona de El Usillal, encontró a un pequeño haciendo la misma tarea. Solo. Sin la compañía de un adulto que lo cuide.
Esta nota, tiene como objetivo que los padres y adultos tomen conciencia de los peligros que significa ir a “buscar espárragos” sin tomar los debidos recaudos, en cuanto a niños se trata especialmente.
En las fotografías tomadas, se observa a un niño a orillas del canal y en la otra el alto grado de peligrosidad que posee.
Puede ser tu hijo, tu sobrino, tu nieto. Un segundo de descuido, podemos lamentarlo toda la vida.
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