Fue pasadas las 7.30 de la mañana del viernes en una vivienda de calle TellesMenese al 400, cuando Jorge Segovia, un plomero-gasista, desayunaba y se preparaba para llevar a sus hijas a la escuela, cuando cinco hombres (cuatro de ellos encapuchados), ingresaron muy violentamente y fuertemente armados pidiendo “armas y dinero”.

 Los delincuentes llevaban pistolas 9 mm.y armas largas. “Al principio pensé que era una joda o algo así”, relata porque a pesar de que llevaba la cara tapada, reconoció al agresor a quien identificó como “Dante Sotelo”. Éste lo tiró al suelo, lo pateó y le dio culatazos mientras que sus cómplices revolvían la vivienda en busca de dinero y armas que Segovia, según sus dichos “no tenía”. Explicó que le reclamaban armas porque suponían que él tenía las de un vecino que es miembro de una banda rival. “Yo vivo de mi trabajo, me dedico a mis hijas y no me meto en las cosas de ellos. Si son traficantes o ladronas, es problema de ellos. A mí no me interesa, es la vida de ellos que han elegido vivir así”.

 “Yo los conozco a todos. Yo al Dante lo conozco porque he convivido con él, lo he llevado a Las Leñas a trabajar y por más que se disfrace a la persona la conocés igual, por más que se ponga lo que se ponga, vos lo reconocés”, dijo y recalcó que jamás tuvo problemas con ninguno. “No pudo ser un ajuste de cuentas porque yo no me junto con ellos, no me dedico a la actividad que ellos tienen (delincuencia, droga y demás)”, señaló.

Se llevaron dinero, un televisor LCD, una computadora, un martillo neumático, ropa y celulares.

 Segovia debió ser atendido por la quebradura de un dedo, golpes en la cabeza y una apuñalada en su pierna. Más tarde denunció el hecho ante la policía. Autorizó la publicación de su cara, e hizo públicos los nombres y sobrenombres de quienes asegura que son los agresores: “Dante Sotelo y “Mataco” Guzmán (que son hermanos por parte de madre), Fernando Pina, un hombre llamado Raúl que es apodado “el tapita”, y Damián Cuello”.