Lo afirmó el neurólogo infanto juvenil chileno, Rodrigo Chamorro ante una multitudinaria audiencia de directivos, supervisores,  docentes y profesionales de equipos técnicos de todos los niveles y modalidades educativas que colmaron el Aula Magna del Centro de Congresos.

El especialista invitado por la Dirección General de Escuelas abordó el “trastorno atencional y funciones ejecutivas; la intervención áulica y estrategias docentes” en una jornada cuya apertura estuvo a cargo de la titular de la cartera educativa, María Inés Abrile de Vollmer.

Durante una entrevista, el especialista aseguró que los trastornos del desarrollo tales como el déficit de atención; de aprendizaje pre escolar y escolar están en una etapa prevalente y corresponde a una discapacidad funcional.  “Esto-dijo- requiere de intervenciones específicas y necesidades educativas especiales”.

Aseguró que el déficit de atención no necesariamente tiene un trastorno en el circuito atencional sino que muchas veces existen dificultades en la regulación comportamental y el auto monitoreo que tiene que ver con el diseño de estrategias propias del ser humano.  Dijo que este  síndrome conductual más que abordarlo farmacológicamente,  debe tener una mirada multiprofesional y polimodal- particularmente en el aula- porque los aprendizajes están íntimamente vinculados a la automotivación. “El rol del docente es fundamental  para modular el niño con estas dificultades porque cada uno tiene un estilo para hacer sus aprendizajes y una forma de relación socioemocional. La educación inclusiva es la base contenedora para un desarrollo armónico de estos niños. Decir que el TDH es una discapacidad, pareciera ser un estigma así planteado, dijo Chamorro, pero adquiere otra relevancia visto desde las políticas públicas. Una visión sistémica  genera apoyos a necesidades educativas individuales y la potenciación de otras capacidades del alumno”.

Por su parte María Inés Abrile de Vollmer recordó que la escuela es una generadora de oportunidades y que la atención a la diversidad  suscita nuevas exigencias y la apropiación de nuevas herramientas  por parte del docente; “éstas le permiten aprender o reflexionar sobre los chicos que tenemos en el aula”. “Es bueno que hagamos un alto en la realidad cotidiana y que podamos conceptualizar entre lo que es y lo que no es. Tener claro que este déficit  en chicos desatentos o hiperactivos tiene que ver con un déficit neurológico y no con ser un mal alumno que no atiende porque no quiere atender».

«Como profesionales debemos conocer esa tipificación del problema y tener la capacidad de acompañar a los padres en su derivación. El niño sufrirá menos y aprenderá más. Estas herramientas que nos proporcione el Dr. Chamorro nos servirán para salir más fortalecidos y lograr chicos que aprendan más y sean más felices” continuó.

Por su parte,  la asesora pedagógica de la Sección 4 de Maipú, María Belén Zanetti  que se encontraba entre los asistentes, opinó ante una consulta sobre la importancia de  la presencia de Chamorro en nuestra provincia, ya que “tiene una visión muy interesante sobre el TDH  (Trastornos por Déficit de Atención;  considera no solo el  tratamiento farmacológico sino también el pedagógico, el  intelectual y  la estimulación de las funciones ejecutivas, entendidas como el proceso por el cual se logra planificar, anticipar, desarrollar estrategias, juicios y transformarlos en acciones”.

La asesora pedagógica de la DGE María Esther Renalías anticipó finalmente junto a la Directora de Educación Especial, María de Mandón que el año que viene se realizará un programa de capacitación de cuatro meses sobre TDA-H bajo el nombre ¿Sabes lo que siento? que hace referencia al sufrimiento de los chicos que padecen esta discapacidad.