La Argentina perdió en un año divisas por 116,8 millones de dólares al no cumplir con el cupo de exportación de carne vacuna de alta calidad con destino a la Unión Europea denominado cuota Hilton.
Según un informe del productor agropecuario Néstor Roulet, que toma las certificaciones de exportaciones del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), hasta junio pasado, en el ciclo 2012/13, se exportaron 22.351 toneladas de un volumen total de la cuota por 30.000 toneladas.
Con un valor estimado de la tonelada Hilton de 15.200 dólares y el incumplimiento de 7685 toneladas, las divisas no ingresadas equivalen a 116,8 millones de dólares.
«Por la suba de costos y las retenciones del 15 por ciento a la industria frigorífica, le conviene más vender en el mercado interno que exportar», explicó Roulet.
Esta caída en el volumen de exportaciones da como resultado que el 93,1 por ciento de la carne que se produce en el país no salga de las fronteras, según la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes de la República Argentina (Ciccra). Hace ocho años el 75% de la producción de carne iba al mercado interno y el resto se exportaba.
Los especialistas del negocio ganadero y de la industria frigorífica explican que no debería haber incompatibilidad entre la exportación y el consumo interno, ya que los cortes más consumidos por los argentinos son asado, vacío y nalga, que son complementarios con los cortes que componen la Hilton, como el lomo o el bife ancho.
«Estos cortes son los que requieren trozado, clasificación y empaquetado, tienen mayor valor agregado que la media res», dijo el ex vicepresidente de CRA.
El primer incumplimiento se dio en el ciclo 2007/08, un año después de que el entonces presidente Néstor Kirchner decidiera prohibir las exportaciones de carne para enfrentar un aumento de precios al consumidor. Aunque los cortes Hilton estaban excluidos de esa prohibición, el Gobierno comenzó a trabar las exportaciones de carne. En 2008, el entonces responsable de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), Ricardo Echegaray, obligó a los frigoríficos a tener un «encaje» de carne por el cual si las plantas tenían una capacidad de stock de 90 toneladas, 75 debían permanecer en el mercado interno y 15 eran autorizadas para exportar. Además, estableció los Registros de Operaciones de Exportación (ROE), conocidos como ROE rojo. Luego, esa modalidad se trasladó a los granos (ROE verde) y los lácteos (ROEL). La tarea fue completada por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que obligó a la industria a vender a los supermercados cortes a bajo precio a cambio de autorizar exportaciones. Ese mecanismo es conocido como las «baratas».
Según el consultor y director del sitio de Internetvalorcarne.com, Miguel Gorelik, las «baratas» equivalen a una retención del 4 por ciento. «En cortes de menor valor, de unos 3000 dólares, que se destinan a Rusia, ese margen representa derechos de exportación del 10 por ciento», explicó.
El mercado internacional, añadió, atraviesa una fase expansiva. «Paraguay, Uruguay, Estados Unidos y Australia están aumentando sus exportaciones de carne», señaló. «Además -dijo- los precios son elevados porque la demanda está firme.
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