Tiene capacidad para alojar a diez personas. Sus amplias galerías le dan un todo mendocino inigualable. Se utilizó la antigua técnica de «quincha» con modernos conceptos de construcción.
“Kalen”, en lenguaje milcayac significa “algo distinto” y es el nombre que pusieron a la cabaña construida con la antigua técnica de “quincha”. Fue construida a unos 400 metros al norte del centro de la Asunción, en el departamento de Lavalle.
Es una construcción para 10 personas, con todos los servicios, con el fin de dar albergue a los que quieran pasar unos días en territorio huarpe. Está hecha con palos, cañas y “chilca”, un arbusto de la zona de secano y de la pre cordillera.
Después de pasar por la Villa Tulumaya y Costa de Araujo, «La Asunción» es el primer sitio que se encuentra entrando a la zona de secano. Está a 80 kilómetros, al noreste de la ciudad de Mendoza. Viven 38 familias que nuclean a 280 habitantes, incluyendo medio centenar de niños bulliciosos. Después de mucho luchar, tienen agua potable, electricidad e internet.
En un pequeño espacio público instalaron dos computadoras y una impresora. Funciona una escuela pública que se llama “Abraham Lincoln”, aunque uno de los lugareños se apuró en aclarar que la “contradicción” del nombre corresponde al empresario que la fundó a cambio de unos terrenos cercanos para hacer una finca.
En “La Asunción” ubica una de las 11 comunidades huarpes del norte mendocino que adoptó como nombre “Tintihuili kany ken”, que en el lenguaje de los originarios, significa “Ramblón de amigos”.
Hace muchos años que la comunidad recibe a miles de personas para la fiesta de la Virgen de La Asunción, que es el 15 de agosto. Los turistas locales o extranjeros también se acercan muchos fines de semana durante el año. El problema del albergue lo solucionaron siempre con alojarlos en sus propios puestos.
Mercedes González, del “Grupo de Turismo” de Asunción, manifestó que hace tiempo un grupo de seis familias se decidió a hacer algo para que los chicos no se vayan del lugar. Pensaron que lo mejor era generar fuentes de trabajo y pidieron ayuda al municipio para sus emprendimientos relacionados esencialmente con la preparación de comidas, alojamiento y artesanías.
Avanzaron mucho porque construyeron tres amplios salones hechos con adobe y techos de cañas, cómodos y frescos: “Puesto el Algarrobo”, “Puesto Hermanos González” y “Puesto El Águila”, de Carmelo y Clara. Todos se especializan en servir comidas tradicionales.
Finalmente, y como parte de la solución al albergue, en abril pasado inauguraron una cabaña para 10 personas que alquilan a quienes quieran pasar unos días en la zona.
Está hecha con cañas y “chilcas” con la técnica de “quincha”. La arquitecta que los asesoró, del municipio de Lavalle, Ana María Castillo, explicó a El Sol Online que la construcción se hace de la siguiente forma: sobre unos cimientos se ponen palos a 40 ó 50 centímetros de distancias entre ellos y los espacios se rellenan con cañas, del lado de afuera, y con chilcas, por adentro. Luego toda la mampostería y paredes se recubren con dos manos de barrio al que hay que darle tiempo para que “agarre y se seque”. Luego se pone un revoque fino que se hace con barro y guano de caballo. Con palos y cañas se hace el techo. Se usan tensores de alambre acerado y hierros que aseguran todas las paredes. Alrededor se construyeron amplias galerías para que la lluvia no arruine el barro de las paredes.
Desde abril que la inauguraron, la cabaña estuvo alquilada casi todo el tiempo y ya tiene reservas para todo el mes de agosto.
Fuente: Diario El Sol – -Por: Oscar Tapia






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