Trío de acción y comedia Mary-Louise Parker, Willis y John Malkovich, en bermudas…/ alfa films
Protagoniza “Red 2”, que se estrena hoy. Pasa por un gran momento en su carrera y en lo personal. Dice saber el secreto para que una secuela funcione. Y reconoce las lecciones que aprendió en el cine, y en la vida.
La secuela retoma las aventuras del retirado agente de la CIA Frank Moses, que esta vez vuelve a juntar a su peculiar equipo en busca de un desaparecido dispositivo nuclear. “En la primera película no sabíamos qué partes iban a quedar en el corte final. Si estábamos haciendo una película de acción, un romance o si filmábamos una comedia. Las dos son películas muy ambiciosas, pero ésta es todavía mucho más que la anterior”, explica Willis.
La estrella cree que el secreto para que funcione una secuela es sencillo: “Tenés que empezar la segunda película como si no hubieran pasado un par de años desde la primera. Apenas te reencontrás, hacés como si nunca te hubieses dejado de ver. La sensación es como si hubieras terminado la otra un par de días antes.” “Esta es una película difícil, que todo el tiempo combina acción, romance y comedia -dijo-. Tenés que estar con todas las luces, porque los días de rodaje son larguísimos. Trabajás, por lo menos, doce horas hasta que te quedás sin luz o el clima te impide seguir. Dean Parisot es un director fantástico. Y después hay que darle sentido a todo en la edición. Tuvo suerte de tener a guionistas como los hermanos Hober. Consiguieron que tengamos muchos más gags y más chistes. Y cada vez que necesitábamos ayuda, Dean los llamaba por teléfono y siempre nos daban una mano”, completa el experimentado actor.
Willis, a los 58, está pasando un gran momento en su carrera y también personal. “Mis hijos son mi pasión”, asegura. El actor fue padre por cuarta vez el año pasado y tuvo su primera hija con la modelo inglesa Emma Heming. “Me encanta que la pequeña Mabel Ray sonría. Antes le cantaba todo el tiempo The Merry Old Land of Oz, la canción deEl Mago de Oz, pero ahora funciona mejor la canción de la arañita”, dice entre risas.
Y en este momento de su vida, Willis se toma algunas licencias. “Pasé mucho tiempo sin tomar alcohol. Pero una vez que me di cuenta de que no me iba la vida en la bebida y que no me iba a tomar una botella de vodka por día… Tomo un poco de vino, más que nada en las comidas”, confiesa el actor, que había dejado el alcohol a fines de los ‘80, cuando recién comenzaba su carrera en el cine.
Después de un largo camino en Hollywood, se siente en posición de dar lecciones: “Una vez escuché a un actor decir que ‘tenés que hacer lo más difícil primero’. Es un buen consejo. Primero hacés las escenas más importantes, así después podés divertirte en las más sencillas. Y también es un gran consejo de vida. Se lo digo siempre a mis hijos. Hagan primero lo más complicado, así se lo sacan de encima enseguida y después pueden hacer lo que quieran”.
Willis no sólo da consejos, también tiene tiempo para aprender. “Este elenco es muy divertido de mirar. Es muy difícil no pasarla bien en un rodaje con tantos grandes actores. Me quedaba boquiabierto. Anthony Hopkins es magnético. Por más que no te toque estar en cámara, no podés hacer otra cosa que mirarlo trabajar”, reconoce el ex marido de Demi Moore. Y agrega que “todos te deslumbran. John Malkovich es un desquiciado, está totalmente loco. Y Catherine Zeta-Jones… En un diálogo de la película la describen como la criptonita de mi personaje y es una imagen tan potente como concisa. Helen Mirren es la cosa más sexy que podés ver con un arma en la mano. Te podrías pasar horas viendo cómo abre los brazos con un arma encima y empieza PUM… PUM… PUM… por todo lados”.
Una deuda pendiente para el actor son los premios Oscar. “No pienso mucho en eso. Siempre me pareció algo un poco caprichoso como para quedarme pensando en eso. No te van a dar un Oscar por una comedia y tampoco por matar gente”, analiza Willis.
“Me gustaría volver a hacer teatro. Me parece un trabajo más razonable, más fácil de manejar”, reflexiona la estrella a la hora de analizar su futuro. “Voy a tratar de mantener la máquina avanzando tanto como me sea posible, sin pensar en la eventualidad de volverme más débil y estar menos capacitado para trabajar. En algún momento tendré que retirarme. Eastwood pudo seguir trabajando y le va bárbaro. Pero a veces pienso que debería llegar el momento en el que decida trabajar menos”, razona. Pero ya tiene claro dónde no va a incursionar: “Estoy convencido de que no voy a meterme en política. Esa ni siquiera es una opción. Me llegaron a preguntar si me interesaba y les dije ‘¿no escucharon nada de todas las cosas que se dicen sobre mi juventud?’.
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