El uso de vehículos 4 x 4, el recorrido sin la compañía de personas capacitadas y la negligencia de los visitantes en el cuidado de esta zona volcánica de gran biodiversidad de fauna y flora única en el mundo, alerta a los guardaparques y guías turísticos.
Estas características han llevado a que autoridades municipales y provinciales la hayan propuesto como candidata a Patrimonio Mundial Natural ante la Unesco haciendo una gran difusión y promoción del lugar. Pero, por otro lado, esto mismo hace que cientos de turistas lleguen al lugar, muchos de ellos en 4 x 4 provistos de GPS y sin guías, ingresando por cualquier parte y generando grandes deterioros.
«Payunia moviliza mucha gente, sobre todo aquellos que están dedicados al turismo. Desde hace tiempo hay preocupación, porque Payunia sufre de la falta de control de la actividad turística, no hay un punto donde la gente pueda registrarse, o nosotros tener un control de quiénes ingresan, cuántas personas, en qué vehículos y adónde se van a dirigir», destacó Martín Palma, jefe de guardaparques en Malargüe.
El profesional agregó que esta situación se vio agravada este último tiempo, ya que mucha gente llega movida por la curiosidad de conocer las razones por las que se propone La Payunia como sitio a ser declarado Patrimonio Mundial. «Esto hace que muchas personas lleguen solas y sin guías, a pesar de que es requisito indispensable visitarla con guías», señaló.
En cuanto al control en sí, los guardaparques también tienen sus limitaciones. La Payunia es una zona muy extensa y el único puesto de control más cercano que tienen no está adentro de lo que es el circuito turístico sino en el yacimiento petrolero de Fortunoso por lo que tampoco pueden recibir visitantes ya que es un lugar de propiedad privada.
«Estamos haciendo los controles que están a nuestro alcance, pero desde hace tiempo pedimos tener un puesto de control en la zona de La Amarga, que es el lugar donde llegan todas las rutas para ingresar al circuito turístico de Payunia. Mientras tanto, los guías de turismo son nuestros aliados. Ellos nos informan de las situaciones que detectan como vehículos transitando sin guías, a campo traviesa o haciendo actividades indebidas», explicó Palma.
Hace alrededor de un año y medio desde la asociación de Guías y otras instituciones ligadas al turismo en Malargüe se realizó una intensa tarea de limpieza, rastrillaje y restauración de la zona, en la que participaron unas 60 personas y se recolectaron más de 50 bolsas de consorcio totalmente llenas con distintos tipos de residuos. Pero hoy la situación parece no haber mejorado mucho e incluso, a decir de quienes semanalmente viajan hasta este bello paisaje trasladando turistas, la aparición constantemente de nuevas huellas por sitios prohibidos es una gran preocupación.
«La Payunia es un lugar que tiene varios accesos y caminos que no están en las mejores condiciones. Es un lugar frágil y de mucho respeto donde no se puede ir a realizar travesías a campo traviesa y en 4 x 4 o en cuatriciclos. Lamentablemente, en los últimos tiempos se produjeron grandes deterioros como consecuencia de los vehículos que circulan por Pampas Negras, donde no hay caminos y, como sabemos, las huellas producidas en los lapilli (productos piroclásticos mayores a 2 mm) tardan muchísimo tiempo en borrarse perdiendo así la belleza y la virginidad del paisaje», destacó Yony Albino, dueño de una empresa que realiza excursiones a La Payunia y con fotografías describe claramente la situación.
Nadie está en contra de que la gente conozca La Payunia, ya que es un lugar que merece ser visitado, pero con la compañía de guías quienes brindarán mucha información para que el turista entienda y comprenda lo que está viendo. Hacerlo de manera propia implica un riesgo ya que muchas veces, y teniendo en cuenta la extensión y los caminos de ingreso, muchos terminan extraviados, con sus vehículos rotos, tirados en lugares donde no existen servicios sanitarios, el agua es escasa y tampoco hay señal de telefonía celular.
También hay gente que utiliza vehículos para meterse por lugares indebidos, provocando detrimento, no sólo en los suelos vírgenes de La Payunia sino, además, en la flora y la fauna del lugar, ya que es habitual que los guardaparques encuentren a personas cazando choiques y guanacos.
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