El discurso que Moyano pronunció de espaldas a la Casa Rosada como broche de su convocatoria lo expuso sin tapujos: tras denunciar la “perversidad” del impuesto a las Ganancias sobre los salarios y exigir su urgente eliminación, el líder de la CGT opositora hizo un llamado contundente a votar contra el Gobierno en los próximos comicios. “Sepamos bien a quién votamos el 27 de octubre, no nos volvamos a equivocar porque sería imperdonable”, lanzó el camionero. Y advirtió: “No hay solución gremial sino hay solución política y el 27 de octubre vamos a votar por la solución política para que desaparezcan todas las injusticias”.
Desde el escenario, donde lo rodeaban su hijo Pablo; la cúpula de Camioneros; el titular de la CTA disidente, Pablo Micheli; el jefe de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi; y un puñado de dirigentes de la conducción cegetista, Moyano renovó la crítica contra Ganancias al afirmar que los trabajadores “están indignados con este impuesto perverso” y repasó los efectos del polémico tributo sobre los salarios de los trabajadores de su gremio. Acto seguido, la emprendió de lleno contra la Presidenta, a la que le reprochó haber ordenado vallar la mitad de la plaza para “no permitir expresarse pacíficamente a los trabajadores”.
Avanzó un poco más al afirmar que el Gobierno “perdió el rumbo”, reprochó la distribución de los planes Trabajar –a los que irónicamente llamó “planes descansar”–, y pidió gravar con impuestos a “los chicos de La Cámpora que ganan 30.000 o 40.000 pesos”. Con las consignas “los camioneros decimos Basta”, “No al impuesto al trabajo” y “Si a la asignación familiar para todos” estampadas sobre el fondo del escenario, Moyano dedicó el tramo final del discurso de media hora para profundizar su advertencia a Cristina de cara a las elecciones: “Por más relato que tenga, por más que tenga la mayoría de los medios a favor por la pauta oficial, no le va a alcanzar porque los trabajadores sabemos utilizar las herramientas que nos da la democracia y en octubre más que nunca vamos a saber utilizar nuestro voto”, aseguró.
Más que en la movilización, una multitud que los organizadores calcularon en 30.000 manifestantes, pero que pareció bastante menor a 15.000, la contundencia de la protesta convocada por el líder sindical se apoyó sobre todo en el paro de alcance nacional dispuesto por Camioneros.
La medida de fuerza tuvo amplios efectos: paralizó en forma total la recolección de residuos en el ámbito metropolitano y complicó el abastecimiento de combustibles. Además, la huelga se sintió con fuerza en la distribución de dinero en los cajeros, en el reparto de diarios y en el transporte de alimentos, bebidas y ganado, en tanto que quedó interrumpido el traslado de soja y sus derivados a las terminales portuarias. A su vez, los servicios de logística y correos también fueron paralizados por la huelga.
El centro de la ciudad de Buenos Aires fue un caos desde temprano. Manifestantes de Camioneros bloquearon los principales accesos, y desde allí marcharon al acto en Plaza de Mayo.