Por qué es importante preservar esta fuente de «células madre»; el banco público vs. los bancos privados; testimonios de especialistas y de futuras mamás
Todos los días se descubre un nuevo tesoro, con cada bebe que nace. No se trata de una expresión de padres babosos, sino de una estricta definición médica. El cordón umbilical es considerado un «tesoro». Ahí se encuentran alojadas «células madre», las células «maestras» que tienen la capacidad de crear todos los tejidos, órganos y sistemas del organismo. En el adulto se ubican en la médula ósea; en el recién nacido, se encuentran en gran cantidad en la sangre que queda en el cordón umbilical. Pese a esa fuente de vida se tira a la basura en el 99% de los partos.
A Valeria no le hablaron del tema en ninguno de sus dos embarazos. «Encontré algunos folletos de bancos privados de cordón en las salas de espera del obstetra, en la radio escuché una vez que había un banco público y por eso en el segundo embarazo consulté a mi médico, visité varias páginas webs para tratar de entender y al final nos decidimos por la donación en el Garrahan» , explica esta madre de 35 años. Aclara que si no fuera por ellos, nadie les habría dicho nada: «Sacamos nuestras propias conclusiones y nos decidimos, pero es increíble la falta de información».
La conservación de células madre de cordón umbilical en la Argentina es una posibilidad que existe desde hace unos diez años -en Francia la primera vez que se usó para un trasplante fue en 1998-, pero recién ahora empieza a ingresar tibiamente en la consideración de futuros padres. En los consultorios de los obstetras se habla algo más, en el sector privado están activos con la publicidad y desde el Estado también se iniciaron algunas acciones para crear conciencia.
En el país existen siete bancos privados de conservación de células de cordón y un banco público, que funciona en el Garrahan en coordinación con el Incucai, donde existe el Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas, que funciona desde 2003 y cuenta con 65.000 donantes voluntarios en el país -en la última década, más de 460 argentinos recibieron un trasplante de médula.
QUÉ SE PUEDE CURAR CON LAS CÉLULAS MADRE
Está científicamente comprobado que las células madre sirven para curar enfermedades de la sangre que sean adquiridas, no hereditarias. El director científico del banco privado Biocells,Sebastián Neuspiller, explica a LA NACION: «Las células madre son las constituyentes principales del sistema inmunológico y las que dan origen a los glóbulos rojos que transportan oxígeno a nuestro cuerpo, a los glóbulos blancos que combaten enfermedades y a las plaquetas que cicatrizan nuestra sangre».
Agrega, además, que son capaces de dividirse indefinidamente y pueden transformarse en células especializadas como las de corazón, las de hígado y neuronas. «Las células madre pueden regenerar completamente la médula ósea y el sistema inmunológico, por eso son utilizadas en trasplantes luego de que el paciente fue tratado con quimioterapia u otros tratamientos radioactivos para destruir células cancerígenas», ejemplifica.
Paula es mamá primeriza, su beba nació hace tres meses en una maternidad privada que le cubría su prepaga. Hizo todas las consultas pautadas por su obstetra, fue al curso de pre parto y en ningún momento de ese proceso de nueve meses le mencionaron la posibilidad de criopreservar o donar el cordón umbilical de su beba. «Si alguien me hubiera dicho algo lo hubiéramos pensado, pero nadie lo mencionó antes, no sabía que esto existía», dice, ahora, ante la consulta de LA NACION.
Claudio Schillik es el director médico de Matercell, el primer centro de cordón umbilical de América latina, que se fundó en 1993. Señala que en su centro tienen 23.000 muestras almacenadas y que la cifra crece año a año. Sin embargo, este profesional, presidente de la asociación ABC Cordón reconoce que falta mucho por hacer: estima que se guardan menos del 1% de los cordones -en la Argentina se practican unos 800.000 partos anuales.
«El 99% de los cordones se tira a la basura», dice, y lo considera una pérdida tremenda. En el momento del parto se desecha, junto con el cordón umbilical y la placenta, gran parte de la sangre con células madre que podría ser vital para futuros tratamientos de este bebe o de alguien compatible. «Es una oportunidad única para ese niño o para un hermano, que tendrá el 50% de posibilidades de ser compatible y poder usarlas», estima el asesor científico de Matercell.
TENSIÓN PÚBLICO VS. PRIVADO
Los bancos privados son empresas médicas con fines de lucro que se ocupan de guardar la muestra de un bebe para cuando ese paciente o un familiar compatible la necesite. El banco público, en cambio, se maneja con un sistema solidario: las personas donan el cordón para cualquiera que lo precise en cualquier parte del mundo (los bancos públicos forman parte de una red internacional y las búsquedas son mundiales). Todas las personas, hayan o no donado su cordón, si necesitan células madre tienen derecho a pedirlo al banco público y desde allí se inicia de inmediato la búsqueda.
Verónica tiene 34 años y espera que su beba nazca los primeros días de julio. El momento del parto se acerca, inminente. Ella, con su pareja, aún no se decide. La primera vez que escuchó hablar de células madre fue en el curso de preparto. «Tenemos casi la decisión tomada, sólo nos falta decidir en cuál de las empresas. Todas dicen más o menos lo mismo, uno termina decidiendo según quién te generó más confianza», dice Verónica a LA NACION. Para esta futura mamá primeriza guardar las células del cordón umbilical de su hija es algo preventivo.
Infografía animada para comprender mejor el proceso
«Como padres no podemos ponerle precio a la salud de nuestros hijos. ¿Cuánto pesa la solidaridad si del otro lado está la posibilidad de hacer algo para que mi hija tenga asegurada una compatibilidad del cien por ciento si lo necesita por algo grave?», se pregunta. No espera respuesta.
«Uno ve casos en la tele de chicos que esperan meses o años para dar con alguien compatible por un trasplante. A algunos les llega, otros se mueren antes de conseguirlo», dice y concluye. «Para nosotros es tener la tranquilidad de que como padres hacemos todo lo que esté a nuestro alcance; saber que si llega a necesitar por alguna enfermedad tiene sus células guardadas».
El titular de la Comisión Asesora de Terapia Celular del Incucai, Víctor Hugo Morales, que trabaja en coordinación con la red de bancos públicos de todo el mundo, informa a LA NACION que la mayoría de los trasplantes se realizan con células de cordón aportadas por bancos públicos; este proceso de búsqueda en la Argentina se realiza desde el Incucai, que es el nexo entre el banco y los centros de transplantes.
Reconoce que esto podría ser mucho más eficiente si se potenciara el sistema solidario. «Los bancos privados son empresas comerciales que no aportan sus unidades criopreservadas cuando alguien las necesita porque la reservan para su cliente», señala. Agrega que el Incucai sacó en 2009 una resolución que establecía que los cordones umbilicales congelados serían para uso público, incluso si permanecían guardados en bancos privados. Esto no se llegó a aplicar porque los bancos privados se presentaron ante la Justicia, que les dio la razón de no poner a disposición las muestras para cualquier persona que necesite un trasplante.
«Las células madre son las constituyentes del sistema inmunológico y las que dan origen a los glóbulos rojos y blancos que combaten enfermedades», explican los expertos
Más allá del revés judicial, cuya cuestión de fondo aún no está resuelta, Morales insiste en la necesidad de fortalecer el sistema solidario. Brinda sus razones médicas. «Puede que conserve el cordón de un hijo, pero es muy probable que no alcancen las células criopreservadas para su tratamiento, entonces de todas maneras se deberá acudir a la red pública», comenta. Agrega que, «en determinadas patologías, como las leucemias, el trasplante de una unidad de cordón es importante que sea compatible pero es mejor que no sea del propio paciente, porque desde el punto de vista terapéutico es conveniente una unidad compatible pero no sus propias células, que han desencadenado esta enfermedad».
La máxima autoridad de este tema en el Incucai considera que si primara la solidaridad en lugar de un sistema pago sería ventajoso desde todo punto de vista. «Hay que ser solidario y no pensar que esa unidad puede servir al vecino o a un paciente que está en Uruguay o en Alemania. La solidaridad es lo que alimenta al sistema mundial, no el individualismo».
Para Schillik, presidente de la cámara, no existe esa tensión entre lo público y lo privado. Lo explica así: «El Estado alienta donar en bancos públicos porque rescata el carácter solidario y a la vez señala que lo otro es egoísta. Esto no es tan así, porque en nuestro país la mayoría se tira, no es que haya una tensión para ver quién se queda con los cordones».
Jimena Petrella, coordinadora del banco Bioprocrearte, el segundo en sumarse al mercado argentino, considera que para quien puede pagarlo es útil saber que sus células están resguardadas. «Si lo donás y lo llegás a necesitar vas a ir a una lista y de ahí van a buscar la compatibilidad; hay riesgo de no encontrarla», dice. «Como el banco público forma parte de una red mundial tu cordón puede ir a cualquier parte del mundo», apunta, como agravante.
Más allá del debate, el representante de la cámara de células madre y el experto del sector público coinciden: «Que el cordón se guarden o se done, pero que no se tire»..
El progreso y los nuevos miedos
La psicóloga Alejandra Goldschmidt, que se ocupa del acompañamiento de futuros padres, escucha a diario acerca de los miedos ante la llegada de un bebe. «Temen no ser buenos padres, no tener el dinero suficiente, temen por la salud del bebe, por las posibles malformaciones, por no saber qué hacer en el momento del parto, etcétera. Intento llevar tranquilidad diciéndoles que el parto es lo más natural e instintivo de la vida y luego hago hincapié en la importancia del amor hacia los hijos; esa es la mejor protección», dice.
La especialista considera que algunos avances científicos suman preocupaciones que antes no existían. «Tengo la sensación de que hacerse estudios cada vez más sofisticados, pretender garantías sobre todo respecto de nuestros hijos, forma parte de una característica de nuestro tiempo: pretendemos tener todo controlado, tecnologizar todo, como si eso garantizara la felicidad», dice y recomienda: «Prefiero que no fomentemos temores y tratemos de vivir la vida con lo que nos vaya proponiendo, habrá momentos tristes, otros alegres. Todo no se puede controlar».
Súper promos para atraer clientes
En el banco público, la donación no cuesta nada; en los bancos privados se pauta un pago inicial cuando se contrata el servicio, que oscila entre los 6000 y los 8000 pesos según las empresas, y luego una cuota anual de mantenimiento, que ronda los 600 pesos (en algunos casos se pauta en dólares).
Desde que se generó más competencia entre ellos, las estrategias comerciales para atraer clientes se diversificaron: se ofrecen pañales gratis por un año, si una mujer lleva una a otra futura mamá amiga le hacen un descuento, si trabaja con cierto banco y cierta tarjeta de crédito, son 12 cuotas sin interés, si alguien adelanta el pago de algunas cuotas hay promociones especiales, también hay descuentos por el «mes día del padre», promociones «de verano», entre otros.
En las empresas explican que estas estrategias no quitan seriedad al negocio. «Tenemos fines de lucro y es un modo de competir. Falta de ética sería si prometiéramos cosas que no podríamos cumplir», dice el presidente de la cámara de células madre, Claudio Schillik.
Fuente: Por Verónica Dema | LA NACION
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