Los operadores turísticos recibieron indicaciones del Ministerio de Economía para gestionar con el viceministro los pedidos a bancos y tarjetas de crédito para que discriminen los gastos de argentinos en el exterior
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Hasta ahora, todas las indicaciones pasaban por los funcionarios del Banco Central. Cada una de las resoluciones que fueron recibiendo las agencias de viajes respecto del dólar turista impartía de la máxima autoridad monetaria.
Incluso, fue con las autoridades del BCRA que los operadores turísticos comenzaron a negociar el pedido a los bancos y a las expendedoras de tarjetas de crédito para que separen los consumos de los argentinos en el exterior a fin de evitar más presión y controles de la AFIP.
El viceministro de Economía pasa así a tener no sólo firme incumbencia en lo que ocurre con las tasas de interés de los bancos sino también el manejo sobre la única forma de adquisición legal que le queda al común de los argentinos para hacerse del billete verde.
En los últimos días, según relataron operadores turísticos que prefirieron no revelar su identidad, el joven economista parece haber tomado informalmente esa tarea, que hasta hace muy poco pertenecía a Mercedes Marcó del Pont, la titular del BCRA, publica el diario El Cronista.
“En el Gobierno nos dijeron que el tema lo maneja Kicillof, que cualquier cosa que tenga que ver con el dólar tarjeta o con cuestiones ligadas al consumo en el exterior con plástico, hay que hablarlo directamente con él, que es el que toma las decisiones”, señaló al matutino el referente de una empresa importante del sector de turismo.
Kicillof desembarcó, indirectamente, en el BCRA hace un mes, cuando por decreto, la Casa Rosada colocó a Pablo López –un hombre de su confianza- en el directorio de la entidad.
Las agencias piden desde hace meses que el BCRA ordene a los bancos que discriminen en los consumos con tarjeta de crédito realizados en el extranjero aquellos gastos que se relacionan exclusivamente con los gastos de viaje y estadía, de aquellos que constituyen las compras de los turistas así como las adquisiciones de productos o servicios vía Internet.
En medio del cepo cambiario que no cede por la permanente caída de reservas, los operadores temen que el Gobierno “los acuse de auspiciar un desembolso desmedido en la cuenta de la balanza de pagos”.
En lo que va del año, y según estimaciones del Estudio Broda, el Banco Central debió desprenderse de unos u$s 4.500 millones para abastecer al sector de viajes y turismo. Para los especialistas, si esta tendencia se mantiene, se podrían gastar afuera un total de u$s 10.000 millones para todo el año.
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