A nivel general hubo muy pocos alumnos en las aulas en el regreso de las vacaciones de invierno. Bajas temperaturas, malos entendidos y “vivezas” de los chicos.

 Las escuelas tienen calefacción con gas natural que, en la mayoría de las del centro, proviene de la red y en el caso del resto utilizan zepelín. En éstas últimas, cuando el director de la escuela ve que les queda menos del 40% de gas, hace el pedido a YPF que lo toma y hace el procedimiento para recargarlo. A veces por diversas razones que incluso pueden tener que ver con un olvido absolutamente involuntario del directivo, hace el pedido con el 15% o menos de la capacidad del zepelín. Cuando eso ocurre, el camión de YPF no alcanza a llegar a esa escuela dado que va a haciendo el recorrido, entonces quizás se quede sin gas. Ahí sí es cuando se realiza la suspensión de clases con el aval de la inspectora.

“No hemos tenido en dos años prácticamente problemas de carga de gas, alguno que otro como ha ocurrido este lunes en la escuela Triunvirato de Gouge y en la escuela Abbona 1-706”, aseguró Mónica Díaz, delegada de la Zona Sur de la Dirección General de Escuelas quien expresó que la carga no le llegó a esas dos escuelas dado que YPF estaba haciendo recorrido y no alcanzó a llegar.

 El resto de las escuelas funcionaron con “normalidad” y valgan las comillas dado que lo anormal fue la falta de alumnos. Es que en algunos casos los padres decidieron no mandar a los chicos por el frío, o porque habían leído una información confusa que salió en un conocido diario local en el que hablaban de la suspensión de clases en Valle de Uco y no aclaraban que en San Rafael no había tal suspensión.