La presidente Cristina de Kirchner a través de la cadena nacional N° 12 del año hizo una encendida defensa de la política de derechos humanos que llevó adelante el krichnerismo y criticó duramente a la oposición a los que acusó de hablar pero no hacer. «Estemos atentos a lo que dicen pero más a lo que hacen», dijo y recomendó tenerlo en cuenta al momento de emitir el voto.
El lunes por indicación presidencial el Senado decidió postergar el análisis de los pliegos de ascensos de los miembros de la Fuerzas Armadas a diciembre, entre los que se encontraba el correspondiente al cuestionado Gral. Cesar Milani por su supuesta participación en la última dictadura militar. Las innumerables críticas que recibió Milani incluso del CELS fue interpretado por la jefa de Estado como un cuestionamiento a su compromiso en la política de los Derechos Humanos. En primer lugar, la presidente se ocupó de explicar que decidió postergar el debate de los ascensos de «absolutamente de todos los jefes de las tres fuerzas y no como decían los diarios acerca de uno (por Milani) y no por otra cosa».
Espera que «fuera de todo periodo electoral» y «luego de una serena reflexión» se analicen los pliegos de ascensos incluyendo el de Milani aunque aclaró «y todos tendrán que responder a la Justicia como todos tenemos que responder a la Justicia». Aclaró que «no hay ningún informe, a diferencia de lo que informaron algunos medios», ya que lo presentado el lunes en el Senado «son partes del expediente que ya obra en la Justicia, en el juzgado federal de la provincia de Tucumán»descalificando al CELS que sostuvo que encontraron nuevos elementos que inculpan a Milani.
Cristina, de todas maneras puso en duda las acusaciones en contra de Milani cuando a continuación dijo:«Yo vivo en un Estado de derecho y no voy a aceptar ningún linchamiento mediático de ningún interés empresarial que no le interesa ni las víctimas, ni las instituciones de las FFAA ni los derechos humanos».
Acusó que a estos sectores solo «le interesa hacer daño a un gobierno que considera contrario a los intereses que durante años ellos manejaron en política como si fueran títeres a muchísimos políticos y gobiernos argentinos».
Dijo no estar dispuesta «a ser títere de nadie, absolutamente de nadie» remarcando que la decisión de postergar el pliego de ascenso de Milani fue una medida que tomó por considerar conveniente que dicha evaluación sea hecha lejos de una contienda electoral.
Es que en la Casa Rosada, están convencidos que la oposición no dudará en hacer «lo que sea» para perjudicar al Gobierno. «No tienen proyectos, no se les cae una idea», explican al tiempo que recuerdan que el kirchnerismo no sólo gobierna hace más de una década sino que también instaló un modelo político que resiste con creces cualquier comparación. «Por eso van a llover acusaciones de cualquier índole pues es lo único que saben hacer», acusan.
La defensa de Milani le dio pie a la jefa de Estado para volver a señalar cuál es el nuevo rol que tendrán los uniformados de ahora en más. Luego de juramentar que no abandonará la política de Derechos Humanos cuyos principios son «Memoria, Verdad y Justicia». En este sentido se ocupó de reseñar que desde desde 2003 a la fecha se llevan en juicios por derechos humanos «1053 procesados, 559 elevados a juicio oral, 475 personas han sido juzgadas en el marco de la Constitución y en el marco del debido proceso, de las cuales 430 fueron condenadas y 45 absueltas».
La jefa de Estado aprovechó para criticar a todos los que los acusaron de ser «vengativos, que éramos malos, que no queríamos a las Fuerzas Armadas» y explicó que «en realidad, no se estaba juzgando ninguna institución, se estaba juzgando, se está juzgando y se juzgará, seguramente, a personas concretas, de carne y hueso que han cometido delitos, precisamente, para preservar a las instituciones».
Cristina de Kirchner explicó que con la designación de Agustín Rossi como ministro de Defensa, se decidió reestructurar la «funcionalidad de las Fuerzas Armadas». La intención oficial es que tengan un papel en situaciones de emergencia, como asimismo en obras de infraestructura y desarrollo industrial.
La primera mandataria aspira a «incorporar definitivamente, luego de tanta tragedia a nuestras Fuerzas Armadas a un proyecto de país». Fue muy enfática en este compromiso ya que invocando su condición de «responsable como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas» se comprometió a incorporarlas «a este proyecto de desarrollo nacional de integración Latinoamericana, de crecimiento económico porque somos todos argentinos».
A nivel oficial, y lo expresó con claridad la Presidente, las acusaciones en contra de Milani surgen de quienes nunca defendieron los Derechos Humanos. «Lo más tal vez tragicómico o que más impacta, que quienes se sentaron en una banca, ya que estamos hablando de leyes, y sancionaron las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que permitió que cuando llegáramos al país caminaran libremente por las calles, quienes habían torturado, secuestrado, desaparecido gente, tirado al agua, desaparecido nietos, curiosamente esos, nos acusan hoy a nosotros».
Cristina se amparó en los dichos de Hebe de Bonafini y Estela de Carloto como opiniones fuera de toda discusión y que avalan lo hecho por el gobierno en materia de Derechos Humanos.
Recordó la frase de Hebe de Bonafini cuando dice: «Yo ya no le pido más a nadie que haga juicio porque eso ya lo hace el Estado, está a cargo del Estado, es responsabilidad del Estado». Y creo que mujeres como Hebe de Bonafini o como Estela de Carlotto, creo que tienen una autoridad por sobre el resto de los actores políticos y mediáticos bastante superior», aseveró.
Sin embargo, las denuncias en contra de Milani también fueron hechos entre otros por el Premio Nóbel Pérez Esquivel, Nora Cortiñas Madre de Plaza de Mayo, línea fundadora; y en los últimos días se sumó el CELS.
Cristina dio a entender que se pueden tener «opiniones diferentes» y recordó que «hemos estado también en desacuerdo en algunas otras oportunidades, así que, tampoco es para hacerse los rulos, como dije alguna vez», en lo que se interpretó como un mensaje al CELS y Horacio Verbitsky.
A juicio de Cristina entre 1930 y 1983 «se consolidó una matriz que fue la de separar a las FF.AA. de su pueblo para utilizarlas para derrocar a los gobiernos populares» impulsada por «pequeños grupos de interés que utilizaron» a los militares «como mano de obra barata».
Este es el momento, según señaló para «tener una unidad nacional fuerte, es importante incorporar a miles de hombres y mujeres que no tuvieron nada que ver con esa etapa trágica. No equivoquemos el rumbo», añadió.
En la Rosada piensan que los ataques a Milani en el fondo lo que buscan es quebrar el puente de unidad que el Gobierno ha tendido a las Fuerzas Armadas para que sean una parte importante del modelo.
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