Máscara Su composición de Tony Soprano le valió a Gandolfini el reconocimiento de la industria televisiva de todo el mundo.
El protagonista de “Los Soprano”, una serie de TV que fue un éxito en todo el mundo, murió a los 51 años, de un infarto, durante unas vacaciones en Italia. Su papel de Tony Soprano, jefe de la mafia, fue clave en su carrera.
Entre paréntesis, y tratándose del imborrable Tony Soprano -el entrañable jefe mafioso de la serie que emitió HBO-, ningún lugar más apropiado para haber encontrado la muerte. Según trascendió, Gandolfini tenía un evento programado junto al director italiano Gabriele Muccino.
El NY Daily News publicó que se trató de “un ataque cardíaco masivo”, información que divulgó citando “fuentes cercanas al actor”. Su muerte también fue dada a conocer por la cadena HBO. Hay un chiste muy extendido en los Estados Unidos que se usa cuando alguien está agitado, sea por un maratón o por estar en pésimo estado físico: “¡Respirás como James Gandolfini!”. Es así, su poderosa presencia y su jadeo han sido toda una marca registrada. En el momento de su muerte, se supo, el actor estaba en la etapa de preproducción de una miniserie llamada Criminal Justice.
El actor se hizo conocido por haber interpretado a un matón a sueldo en Escape salvaje (del director Tony Scott, 1993). Ese papel lo encasilló mansamente en un papel que le caía como anillo al dedo, porque, según declaró en más de una oportunidad, tenía un viejo amigo que era uno de esos gangsters temibles que sólo vemos en las películas. Puede decirse que pasó por Broadway o que participó en alrededor de 50 filmes, pero James Gandolfini fue lo que fue luego de convertirse en Tony Soprano, en 1999, para la serie de HBO. Tony era el jefe de una banda de mafiosos de Nueva Jersey, además de un padre de familia capaz de conmoverse hasta el infarto por un par de patos que se le volaban de la pileta de su casa.
Por ese papel que interpretó hasta 2007 fue reconocido mundialmente (ver Premios para un gran personaje). La serie también se alzó con varias estatuillas, entre ellas cinco Globo de Oro y 21 premios Emmy. En 2009, Los Soprano fue elegida ‘La mejor serie de los años 2000’ por la publicación The Hollywood Reporter. Se dijo que Gandolfini llegó a embolsar un millón de dólares por capítulo.
Los Soprano duró seis temporadas y tuvo un total de 86 episodios: se trata de la serie que se transformó en la más exitosa de la televisión por cable a nivel global (ver La serie que inauguró una época). La crítica especializada no dudó en calificarla como “una de las mejores series de todos los tiempos”.
Dueño de un humor cáustico, y burlonamente conciente de su obesidad, cuando se grabó el último capítulo de la historia, Gandolfini señaló que el verdadero legado que dejaronLos Soprano fue “que los gordos también hacen el amor”, respondió a los gritos y con una de esas carcajadas que se parecían a atracones.
“Quiero alejarme lo más posible de Tony”, dijo en una nota, mientras buscaba hacer pie en el terreno de la producción y la adaptación de libros de cine. “Como actor, uno está acostumbrado a echarle la culpa de todo a todo el mundo, pero como productor es a uno a quien le toca hacer las llamadas… Es casi como ser el director”.
Poco afecto al periodismo en general, cada vez que en una entrevista le preguntaban por su pasado (reciente) de capo mafioso, Gandolfini trataba a su personaje con extraño desprecio: “Nunca pienso en él, jamás, jamás”, dijo dos años atrás. Por esos días, el actor estaba completamente enfocado en su tarea de productor ejecutivo de Wartorn: 1861-2010, un documental sobre la historia del estrés post-traumático en las fuerzas armadas. Esa estrategia de choque en sus declaraciones fue un mensaje que les sirvió a los productores, quienes entendieron que James tenía otros planes para su futuro. “Estoy leyendo material de todo tipo. En general ya no me llegan tantas cosas con tiros, muertes, asesinatos y sangre”. Pero con el final de Los Soprano, él supo que estaba dejando de saltar en el más resistente de los trampolines. Hasta ser bendecido con ese protagónico, apenas había sido un intérprete secundario con hambrientas credenciales del Actor’s Studio y un pasado de patovica en clubs de Nueva Jersey, donde nació, pero no murió, porque, casual o causalmente, estaba en Italia.
Fuente: Clarin
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