Desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) explicaron que, si bien no fomentarán el cultivo de soja, tampoco se van a oponer ya que no hay experiencias al respecto.

La empresa de granos y semillas Nidera, una de las más importantes del país, está probando plantar soja de bajo riego en tierras de Las Malvinas.

El Ing. Agr. Guillermo Guida es el coordinador provincial del programa Pro-Huerta dependiente del INTA. Explicó que desde el organismo se plantó una posición y es que les parece valorable que se realicen este tipo de experiencias para definir la factibilidad técnica, agronómica y económica de un nuevo cultivo en la región. “Nuestra posición es la de acompañar estos emprendimientos que realiza la actividad privada, para que el día de mañana, se demuestre que existen posibilidades técnicas y económicas para el desarrollo  de este cultivo, el productor pueda sumarse ya con su propio riesgo”, dijo.

La soja no está vista como prioridad para trabajar, por eso no está encuadrada en las líneas de trabajo del INTA para los próximos seis años (proyectos regionales), pero ven valorable que haya quienes incursionen y tomen sus riesgos para experimentar el cultivo. “Nos ponemos a disposición de la empresa para acompañarla para el mejor término posible y poder juntos, el día de mañana, tener un aval técnico y científico como para poder ayudar al productor que desee incursionar en la soja, a tomar una decisión acertada”, agregó el ingeniero.

A mediados de los 80’, se intentó cultivar maíz en San Rafael y varias empresas semilleras desembarcaron en el departamento. Había un escenario muy diferente al actual (un período muy húmedo sumado al efecto de las aguas claras) y aprovechando esas malas características para los cultivos típicos de la zona se optó por ese otro. El INTA tomó la misma postura que la que actualmente ha tomado con la soja, acompañó pero no fomentó. Los resultados no fueron buenos y los rendimientos no se manifestaron ni cercanamente en comparación con otras regiones del país.

A pesar de la mala experiencia, el lado positivo  es que a los productores les quedó información válida para saber qué no hay que cultivar en esta zona.

No se descarta que San Rafael pueda ser productor de semillas como alternativas para cultivos extensivos como la soja, el girasol o incluso el mismo maíz, tal como ocurre en San Carlos.