Hace unas semanas 10 perros se murieron envenenados en inmediaciones del boulevard San Martin.
Solo dos alcanzaron a recibir asistencia veterinaria y lograron salvar sus vidas, aparentemente fue por consumir comida que habían dejado cuidadosamente ubicada en el boulevard de la Avenida San Martin entre las calles Beltrán y Villegas. Pero no es la primera vez que sucede esta situación pues en los barrios Los Intendentes, Bastías, Municipal y Güemes también se han repetido situaciones similares.
Los productos utilizados son agroquímicos fosforados, pesticidas según especulan los veterinarios pues los canes envenenados sufren los síntomas como temblores, salivación, diarrea y mueren por paro cardiaco. Y solo especulan porque en Malargüe no hay en la parte pública ni privada la infraestructura para realizar necropsias en animales.
En dialogo con Raúl Osvaldo Espinoza, coordinador de la Dirección de Promoción Comunitaria, aseguró que es muy común encontrar perros envenados, “La gente envenena a los perros, este veneno queda en el suelo, el pasto y como poseen un efecto residual prolongado, puede afectar a otros perros por simple inhalación, pero lo peor es que también puede afectar gravemente a niños”.
Lo triste de esta situación es que los dueños no se responsabilizan por sus mascotas, al parecer todavía no caen en la cuenta que los perros provocan enfermedades como la hidatidosis, dejan sus heces en veredas, patios dejando expuestos múltiples gérmenes y parásitos, provocan accidentes, gastos para los siniestrados, mordeduras y un sin número de molestias. Pero luego de la sanción de la Ley anti eutanásica que se sancionó en Mendoza Nº 7603 prohibiendo el sacrificio de canes y felinos en la provincia, Malargüe, departamento con una superpoblación de perros que supera ampliamente el número de pobladores, quedó bajo esta ley.
En 2008 la Municipalidad realiza una audiencia pública, en la solicitó la opción de los vecinos, muchos se opusieron a la adhesión a ésta ley, debido a la realidad en la que viven los malargüinos y el elevado número de personas contagiadas por hidatidosis. Finalmente se prohibió la actuación de la perrera municipal, que salía ha llamado de los vecinos a capturar canes que eran dispuestos en la perrera para que sus dueños los retiraran, en su gran mayoría nadie se hacía responsable de las mascotas, por lo que eran sacrificadas. De esta forma se mantenía medianamente bajo control a los perros vagabundos.
Más allá de las campañas mensuales que se realizan a traces del área de Zoonosis por barrios, mas allá de desparasitar, esterilizar quirúrgicamente y mediante inyecciones en forma totalmente gratuita, los dueños irresponsables continúan juntado animales que son mal alimentados y mal cuidados, llevando a elevar nuevamente la población de canes.
Hay una ley provincial la 3588, que establece que los canes deberán salir a la calle portando collar y cadena, llevados por una persona responsable, pero nadie la cumple.
“Mensualmente el Zoonosis se desparasitan 200 animales aproximadamente, pero esto se debe hacer cada 45 días y la mayoría de las veces los dueños se olvidan de retirar las pastillas antiparasitarias. Hacemos campañas en uniones vecinales y cuando vemos las cartillas de las mascotas han pasado años de la última visita. Incluso llegamos hasta la zona rural una vez por año llevando las vacunas y dejándoles también pastillas antiparasitarias a los vecinos de la zona rural”, dijo Espinoza.
Para esterilizar los animales los dueños pueden acercarse a Saturnino Torres al 676 cumplimentar un formulario y esperar su turno para la esterilización quirúrgica, totalmente gratuita. Luego el personal del área se comunica telefónicamente para informar a los propietarios sobre el día de la cirugía.
Todos los días se esterilizan quirúrgicamente 3 mascotas, machos o hembras, desde 2010 hasta la fecha se han realizado solo 5000 cirugías, una cifra ínfima comparada a la cantidad de mascotas que poseen los malargüinos.
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