San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

La palabra usada como arma

Dirigida por Martín Blanco, protagoniza el unipersonal Maestra serial, de Gonzalo Demaría, donde se cuestiona la educación de hoy

Interpretar un unipersonal requiere una gran confianza por parte del actor. Son esas circunstancias de la vida en las que se está solo, sin apoyo. La historia la cuenta una sola persona, con el fin de emocionar, y no todos se animan. Para Lucila Gandolfo, concretarlo ha sido un desafío hermoso. Viene de presentar Master Classjunto con Norma Aleandro y deslumbró con su potente voz en El f antasma de la ópera, y presentará a partir de este domingo Maestra serial,del dramaturgo Gonzalo Demaría. En diálogo con lanacion, contó cómo se prepara para este reto y sobre el particular personaje que interpreta.

«En realidad, lo que he hecho son unipersonales cantados. Suelo interpretar canciones, acompañada de músicos. Ésta es la primera vez que es solamente texto. La diferencia es que en los unipersonales cantados elijo las canciones que me gustan, las uno para contar una historia enlazando un tema con otro, pero siempre acompañada de la música, donde uno se puede apoyar mucho.»

Afirma que siempre había sentido el desafío de mostrarse netamente como actriz y aquí se dio la oportunidad. «Gonzalo es un viejo amigo, me gusta mucho lo que escribe. Él me ofreció este monólogo, que había terminado de escribir a fines del año pasado, lo leí y me sedujo mucho. Era algo que tenía pendiente. Me lo quería permitir a mí misma.»

Le cuesta clasificarse como actriz o cantante, cree que tiene un poco de ambas. «En realidad, hasta ahora lo que más había hecho era comedia musical. Me daba mucho vértigo el hecho de memorizar y tener en mi cabeza 45 minutos de texto sin la ayuda de la música, de la melodía. Una vez que lo logré,me gustó cómo fluía y le perdí el miedo a esa situación de qué pasaría si uno se olvidara y entrara en un blanco.»

Al igual que ella, esta obra es sobre una docente. Una bisnieta de esas docentes bostonianas que trajo Sarmiento al país. «Cuando doy mis clases me siento identificada con ella, lo que pasa es que esta mujer es mucho más severa y rigurosa que yo. Ella lleva todo hasta el límite, hasta las últimas consecuencias. Es educar o morir. Yo soy más permisiva.»

Es una obra que va a ser cuestionada y generará debate, cuenta. «Había mucho rigor y disciplina ante todo. Lo que pasa es que en esa época era normal. Esta mujer se quedó con una visión de la educación de un siglo atrás y no pudo adaptarse a la situación moderna.»

El lenguaje es fundamental en esta obra. La palabra es el arma de la protagonista. Gandolfo afirma que desde que se hizo amiga del personaje que interpreta también le da gran importancia. «No soy tan extrema como ella, yo soy demasiado buenita. Esta mujer no. Ella se planta y decide que las cosas tienen que ser de una forma. Lo que le sucede es que su modelo de educación es cuestionado, y entonces, como no se puede quedar en las aulas, decide salir a la calle a educar. Y se encuentra con lo que se encuentra. Con gente que no tiene educación, y ella lo quiere solucionar. Dice que no ha cambiado nada desde que su bisabuela llegó, hace un siglo.»

Martín Blanco, el director, la ayudó a construir el personaje, ya que su madre era maestra. «Hay una mezcla de un montón de maestras con las que me he tropezado a lo largo de toda mi vida.»

Transitar los ensayos y la construcción del personaje fue enriquecedor, cuenta. «Ojalá se transmita lo que yo disfruto y esto haga que la gente salga de la sala pensando. Está encarada con mucho humor. Hoy no se escucharía a una persona hablar así, con un lenguaje tan rebuscado y utilizado con soberbia. Diría que no es una parodia, pero es una mujer muy extrema que invita a una reflexión.»

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