Formador de futbolistas y buenas personas…

Don Villa, de la populosa barriada de Pueblo Diamante, hincha incansable del Globito, líder deportivo y social, falleció hoy a los 86 años de edad. Los niños y el fútbol, fueron sus grandes pasiones. Ayudar a todos fue su gran condición y decisión humana. No tuvo hijos, pero fue un «PADRE» como pocos.

Muchos pasaron por la canchita del Tranco de León, familias enteras apostando a su labor social y deportiva. Queremos compartir con nuestros lectores, la carta publicada por la mamá de chicos que pasaron por Centroamérica e Independencia.

Juan Carlos Villarroel, por Sonia Rodríguez

Con una denodada labor social y deportiva a favor de la niñez y adolescencia el señor Juan Carlos Villarroel, más conocido como el «Tranco de León», ha sido formador sanrafaelino de futbolistas e inculcador de valores en los más pequeños.

También trabajó en el Instituto del Menor y Reformatorio de la Villa 25 de Mayo, «conteniendo y guiando a niños y adolescentes que se transformaron en hombres de bien y ciudadanos responsables de la sociedad»

Con sede en Pueblo Diamante desde hace más de 70 años, «Don Villa» era uno de los baluartes que tenía no sólo esa populosa barriada sino San Rafael todo.

En su querida «escuelita de fútbol» de Independencia y Centroamérica,  se lo oía decir: «no hay contención sin exigencias», y siempre exigió disciplina, responsabilidad y comportamiento humilde», añadiendo: «de nada vale un buen futbolista si no es buena persona».

Además de aprender buenos valores, hacer deporte y estudiar con ahínco (pues si no había buenas calificaciones no se jugaba), los niños degustaban (al final de cada jornada futbolera) del infaltable yerbiado con tortitas que él mismo o alguna de las tantas señoras que colaboraban con él preparaba con amor, para que todos se fueran a casa con la pancita llena y él y sólo él sabía que en algunas casas no alcanzaba para todos, entonces, esos niños no se iban sin cenar.

Se lo podía ver por las calles que separaban su casa del hospital local en su legendaria bicicleta de reparto llevando a algún niño al médico o a vacunar, porque él estaba en todas, bregando siempre por el bienestar de los niños.

Hoy, «DON JUAN CARLOS VILLARRUEL», «DON VILLA», «EL TRANCO», se fue para siempre. Seguro ya estará preparando su escuelita de futbol para el cielo, y allá lo estará esperando su entrañable amigo y utilero del CLUB HURACAN, el Señor RODOLFO CASTRO, el popular «ZORO CASTRO», el masajista del club, DON AGUIRRE y juntos recordarán interminables anécdotas futboleras como lo hacían acá.

HASTA SIEMPRE Y MUCHAS; PERO MUCHÍSIMAS GRACIAS DON VILLA.