San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

Advierten que las redes sociales potencian los riesgos de “bullying”

Las nuevas tecnologías y las redes sociales potenciaron exponencialmente los riesgos sobre las víctimas del acoso escolar (bullying) ya que lo que «antes se reducía al ámbito del patio de la escuela, hoy se multiplica de una manera muy difícil de controlar», aseguraron especialistas.«Lo que hoy denominamos acoso escolar existió siempre, todos recordamos alguna anécdota por el estilo, el tema es que antes había formas de contener, ahora con las nuevas tecnologías y el uso de las redes sociales, esa forma de violencia se potenció exponencialmente y no hay límites a la exposición del maltrato», indicó a Télam la psicóloga Andrea Baldantoni.

Baldantoni, especialista de infancia y adolescencia del Centro de Estudios del Estrés y la Ansiedad Hémera, explicó, además, que «el uso de juegos virtuales pone a los niños en situaciones donde no están expuestos a las consecuencias de sus acciones, es decir, matan, mueren y vuelven a vivir».

«Esto hace que al estar en contacto con la realidad, carezcan de suficientes recursos para manejar sus emociones, no sepan resolver conflictos y para eso tenemos que reentrenarlos», sostuvo.

En el mismo sentido, la psicóloga Candelaria Irazusta, miembro de ABA (Anti Bullying Argentina), afirmó que «el acoso no es algo nuevo, sin embargo, a partir de Internet se potenció y visibilizó la problemática».

«Es muy común que los padres se presenten en nuestra institución con hojas impresas del Facebook o de Twitter -indicó- y esto se da no sólo porque las redes son una prolongación de la vida de los jóvenes, sino además porque en estos medios se produce como un efecto de anonimato, aunque estén las firmas».

«Esto hace que, por ejemplo, los niños que personalmente funcionan como espectadores o testigos de bullying, en las redes también se conviertan en agresores», detalló.

Otro elemento que Irazusta destacó como propio de esta época es «la masividad que adquieren las agresiones, lo que antes se limitaba al aula hoy lo ven `amigos de amigos`».

Ambas especialistas diferenciaron el bullying con otros tipos de violencia escolar: «para hablar de acoso en este ámbito se tienen que dar una serie de factores, el primero es que se da entre pares», sostuvo Irazusta, quien también trabaja la temática en la Fundación Ineco.

«La cronicidad es otro elemento central y lo que lo diferencia de una situación de conflicto que puede ser esporádica, es decir, el acoso escolar es una situación permanente lo que hace que la víctima vaya desgastando sus recursos», añadió.

La especialista mencionó que «también existe un desbalance de poder, ya que el acosador se siente más poderoso que la víctima, cuyo sentimiento central es la indefensión».

«Cuando hablamos de los riesgos que producen nos referimos a situaciones realmente graves, algo que fue descubierto este último tiempo a través de investigaciones lo que hace que, si bien siempre haya existido el acoso, recién ahora se puedan dimensionar sus efectos», sostuvo.

Entre esos riesgos, la licenciada Baldantoni refirió al impacto sobre la salud mental, la autoestima, el consumo de sustancias tóxicas e incluso la posibilidad de suicidio.

«Es importante estar alerta a determinadas manifestaciones de la conducta de nuestros hijos, por ejemplo, si no quiere ir al colegio o utiliza frases como «odio la escuela», es bueno intentar abrir canales de diálogo para ver qué pasa», indicó.

Y continuó: «ahora bien, existen otros síntomas como la falta de apetito, el bajo rendimiento escolar, el insomnio, las pesadillas o un cambio de ánimo que son alertas rojas y ante los cuales hay que intervenir, porque estamos frente a una persona en riesgo».

En referencia a si existen particularidades de acuerdo al género, ambas profesionales refirieron que los casos de acoso físico (las situaciones de empujones, golpes e incluso la destrucción de objetos personales) son más bien propias de los varones, en tanto las mujeres tienden a realizar o ser más víctimas de acoso social, que se traduce como exclusión del grupo.

El acoso verbal, referido a insultos, apodos, cargadas, entre otras acciones, se manifiesta tanto en hombre como en mujeres.

«Lógicamente esta clasificación es en líneas generales, existen casos de acoso físico entre mujeres, y de hecho lo que se está marcando es que cada vez son más», sostuvo.

«En el acoso escolar, tanto víctima como agresor, incluso los espectadores necesitan desarrollar las habilidades y recursos emocionales que les permitan abandonar relaciones conflictivas y encontrar maneras más sanas de resolver los problemas y generar así una convivencia más productiva, enriquecedora y feliz», apuntó Baldantoni.

En tanto, Irazusta añadió que «más allá del trabajo que se pueda realizar en forma personal con los involucrados, la comunidad educativa debe estar alerta a estas situaciones y tener un plan de acción, algo que todavía no sucede en la mayoría de las instituciones y que, en muchos casos, todavía es minimizado».

Y añadió que “para resolver estas situaciones se debe realizar un trabajo multidimensional y se debe trabajar en la prevención capacitando a docentes, alumnos y padres acerca de qué es el bullying y las consecuencias que puede tener”.

Según investigaciones del Plan International y UNICEF, entre el 50 por ciento y el 70 por ciento de los estudiantes en América Latina fueron acosados o testigos de incidentes de bullying.

En tanto, una encuesta realizada recientemente por el Observatorio de la Convivencia Escolar de la UCA, indicó que uno de cada cuatro alumnos, de entre 10 y 18 años, manifestó tenerle miedo a alguno de sus compañeros, y frente a la violencia indirecta el 46 por ciento dice sufrirla a veces y el 11 por ciento, mucho.

Finalmente, un 32 por ciento expresó sufrir a veces agresiones físicas y el 62 por ciento agresiones verbales, en tanto el 62 por ciento declaró haber maltratado a sus compañeros alguna vez y el 6 por ciento confesó que lo hace continuamente.

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