San Rafael, Mendoza martes 16 de abril de 2024

Un país que vive pendiente del dólar: la falta de divisas deriva en medidas perjudiciales

 

Los intentos del Gobierno para captar moneda estadounidense y evitar su fuga desalientan la exportación y agravan un problema originado por la suba del gasto público

En la mayoría de los países de la región sobran los dólares. En la Argentina faltan.Un contraste que puertas para adentro ha llevado al Gobierno a echar mano a un nuevo parche, tal vez el más cuestionado de todos los aplicados hasta el momento: un blanqueo de capitales, mediante el que espera obtener parte de las divisas que necesita para hacer frente principalmente a una creciente importación de energía y al ineludible pago de la deuda.

Pero así como el blanqueo de capitales no es más que un manotazo de ahogado ante la escasez de dólares, el mendigar de divisas es sólo el efecto de una política económica que llevó el gasto público hasta niveles exorbitantes y que, cuando se le acabó el dinero para sustentar esa erogación, déficit fiscal mediante, apeló a la emisión monetaria, que provocó el origen de todos los males que padece la economía local: la inflación.

El proceso inflacionario hizo que la gente buscara desprenderse rápido de un cada vez más depreciado peso e intentara refugiarse en el dólar, algo que el Gobierno frenó con la instauración del cepo al dólar, es decir, la prohibición de atesorar moneda extranjera para los particulares y la traba para las empresas para girar dividendos al exterior. La medida paró la sangría, pero resulta letal a largo plazo y agrava el problema.

El ex gerente del Banco Central y actual director de la consultora Empiria, Hernán Lacunza, explica que el déficit cambiario empieza en 2011, cuando el atraso cambiario hizo que se produjera una dolarización de carteras muy severa.

Eso lleva a que se empiece a abaratar el dólar y a que comience la sangría por dolarización de cartera o fuga de divisas. A partir de ahí, relata el economista, el Gobierno va poniendo todos los torniquetes para evitar la salida de dólares.

Para Lacunza, estas medidas fueron eficaces en el momento, porque trabaron la fuerte demanda, pero lo que no se tuvo en cuenta es que al mismo tiempo desestimularon los dólares voluntarios que entraban al país en carácter de financiamiento comercial o deuda financiera (crédito a provincias o empresas). «Así que la demanda entre 2011 y 2012 bajó a la mitad, pero la oferta monetaria también bajó a la mitad», destaca.

 

Así, el país tuvo tres años seguidos de déficit cambiario: en 2011 fue de 6000 millones de dólares; en 2012, de 3000 millones de dólares, y en 2013 se estima que será también de 3000 millones de dólares. Éste es el origen del cepo. Pero ¿por qué faltan dólares? «Porque hay inflación -responde Lacunza-, porque todo se encarece en dólares, entonces se pierde competitividad y no se puede exportar. Además, como las importaciones son muy baratas, se las obstaculiza.»

Para el economista Aldo Abram, director de la fundación Libertad y Progreso, el cepo se transformó en el gran problema. ¿Por qué? «Porque desalentó la principal fuente de divisas para el país que es la exportación, ya que no les reconoce a los exportadores el verdadero valor del peso, y porque desalentó por completo la inversión de las compañías extranjeras en el país, al quitarles la posibilidad de girar dividendos», agrega.

No es casual que, contra todos los pronósticos, las exportaciones argentinas hayan caído en el primer trimestre de 2013. No sólo eso. Según un análisis de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales, que dirige Marcelo Elizondo, en la última década las exportaciones locales han sido las que menos han crecido en comparación con las del resto de la región.

Abram señala que se subestimó el impacto del cepo cambiario sobre las exportaciones, porque en realidad lo que implica esa medida es una retención a todas las ventas externas. «Encima, es una retención móvil, creciente y que no tiene en cuenta el precio de lo exportado», explica el economista. Es decir que es un golpe directo en la principal fuente de dólares para el país.

GOLPE A LA EXPORTACIÓN

Abram muestra por medio de un ejemplo por qué, a su entender, la caída de exportaciones se va a agravar. Un productor de soja de la zona núcleo cobraba en 2011, por la venta de una tonelada de soja, una vez deducidas las retenciones, 60% del precio internacional. Ahora, cuando levante esta cosecha va a estar recibiendo menos de 40% del precio internacional. Y el año que viene es probable que reciba poco más de 30 por ciento.

«Lo que va a suceder es que este productor va a invertir mucho menos, con lo que los rendimientos de la cosecha serán menores y, por lo tanto, las exportaciones también -analiza Abram-. Y se trata de la producción estrella del país; imagine cómo está el resto de las economías.»

El dato no es menor, si se tiene en cuenta que son las exportaciones agrícolas las que más dólares aportan a las arcas nacionales. Gustavo López, especialista en granos y consultor de Agritrend, estima que para el ciclo 2012/2013 el sector será responsable del ingreso de US$ 33.300 millones. «Ahí hay una parte de materia prima, otra que es aceites y subproductos», precisa López.

El ingreso fiscal que se deduce de esos 33.300 millones, que es casi una tasa implícita de 30%, asciende a US$ 9500 millones. De los US$ 33.300 millones hay 13.100 millones correspondientes a granos (trigo, maíz, sorgo y soja); 6500 millones, a aceites y biocombustibles, y 13.700 millones, a subproductos. Si a esto se le suman las ventas de los alicaídos sectores lácteo y cárnico, se ve que el campo es responsable de 40% de los dólares que entran por exportaciones.

 

Ahora bien, históricamente el campo fue superavitario, puesto que en general siempre ingresó más dólares que los que sacó del país, en contraste con una industria deficitaria.

Pero lo que, según Daniel Montamat, ex secretario de Energía de la Nación, tiñó de rojo la balanza fue el deterioro del sector energético.

Según explica Montamat, mientras que en 2010 había un superávit de US$ 2000 millones, en 2011 se tuvo un déficit de US$ 3000 millones, con lo que en un año se dieron vuelta US$ 5000 millones. «Lo del agro y la industria no sorprende, pero lo del sector energético sí, porque antes aportaba dólares y ahora los demanda», dice.

En 2012 la balanza energética fue deficitaria también por US$ 3000 millones. Y este año ese déficit empieza a crecer porque la importación de energía creció 57% en lo que va del año, con lo que se estima que el rojo será de entre 4000 y 5000 millones.

En 2012, el agro generó divisas totales por US$ 47.000 millones; en cambio, la industria tuvo importaciones por alrededor de US$ 59.000 millones y exportaciones por 28.000 millones, con lo que tuvo un déficit de divisas de US$ 31.000 millones. «Entonces, ante esa realidad que se mueva otro rubro tan importante como el energético es lo que terminó complicando la ecuación.»

Junto con la balanza energética, también empezó a ser deficitaria la cuenta «turismo», puesto que a los extranjeros cada vez les resulta menos conveniente cambiar sus dólares a la cotización oficial y que a los argentinos, pese a las cada vez mayores trabas e imposiciones del Gobierno, les es barato gastar en el exterior. «Hoy la cuenta turismo le da negativa al Gobierno. Si a esto se suma el hecho de que los argentinos sacan dólares con tarjeta en cajeros del extranjero, la cuenta da aún peor», dice Abram.

El Gobierno se encuentra ahora en su propia encerrona: necesita cada vez más dólares, pero las medidas que ensaya para evitar la fuga del precioso billete verde le minan cada vez más la capacidad productora de esas divisas. Por ejemplo, expropió YPF con la idea de que encontraría una jugosa caja, pero desalentó así de un plumazo a la inversión extranjera directa.

Pero aun antes de la expropiación de la petrolera los números de la inversión extranjera directa ya no le daban bien al país. Según un análisis de Marcelo Elizondo, los US$ 7423 millones que la Argentina recibió en 2011 (último dato completo disponible) en este concepto la ubican por detrás de Brasil (66.660 millones), México (19.440 millones), Colombia (13.234 millones), Chile (17.299 millones) y Perú (7659 millones).

ADÓNDE VAN LOS DÓLARES

¿Para qué necesita el Gobierno los dólares? Hernán Lacunza señala, en primer lugar, el pago de las importaciones de energía, que este año son de US$ 12.000 millones; en segundo lugar, la deuda refinanciada, que se lleva otros US$ 6000 millones, y tercero, compensar la pérdida de divisas por turismo, que este año, calcula el economista, rondará los US$ 5500 millones. «Cómo mínimo, van a salir este año US$ 3000 millones más de los que entren», opina el economista.

Todo esto sin contar que se sigue sin ajustar al monstruo que dio origen a todo el descalabro y que es el exagerado gasto público que llevó al déficit fiscal actual. Otra vez, en este sentido, la Argentina es el peor alumno de la región. Del análisis de la consultora DNI, surge que el gasto público local es de 42,6% del PBI, superior al de Brasil (37,3), Colombia (26,7), Chile (23,9) y Perú (19,3).

El gasto público pega indirectamente en el dólar, porque se emiten pesos para afrontar el gasto descomunal y eso genera más depreciación del peso, que no se refleja en el dólar oficial pero sí en la inflación y en el costo de las empresas, a las que les quita competitividad.

¿Le servirá al Gobierno el blanqueo de capitales? Los analistas consultados sugieren que, al igual que ocurrió con el resto de los parches que usó la administración kirchnerista, esta medida no hará otra cosa que conseguir recursos de corto plazo a cambio de un daño mayor a largo plazo. «Lo de YPF mató la inversión extranjera, la reforma del BCRA consolidó la inflación, la estatización de las AFJP terminó con el sistema previsional, y este blanqueo de capitales convalida la evasión», enumera Lacunza.

Otros se preguntan quiénes serán realmente los que quieran ingresar capitales en el país, en medio del sinnúmero de controles que ha tejido el Gobierno. «Un blanqueo de este tipo -destaca Abram-, en medio de una fuga de capitales, implica muchos riesgos, porque quedás en la mira de la AFIP. Con lo cual quedan como posibles «ingresantes» de dólares personas no muy confiables o aquellas que busquen lavar dinero.»

Se habla de que por medio de este blanqueo de capitales pueden llegar a entrar hasta US$ 4000 millones, algo que a los economistas consultados les parece bastante exagerado. Si en realidad entrara ese caudal de dólares, concluyen, eso implicaría que se produjo un lavado de dinero fenomenal.

Para Lacunza, este blanqueo es el fin más amargo de dos ideas voluntaristas de la actual administración, como fueron la pesificación (con una inflación tan alta y una tasa de interés tan baja se pensaba que la gente se iba a pasar a pesos, pero eso no sucedió) y el desendeudamiento (no se cancela deuda, sino que se cambia de acreedor, porque se paga a bonistas y se toma deuda con el BCRA). «Ahora tienen que ir a mendigar dólares a los evasores», lamenta Lacunza.

Paradojas de un país que, pese a lo que pregona el Gobierno, vive pendiente del dólar.

3000 MILLONES

Déficit verde
Pese a todos los «parches» aplicados por el Gobierno, se estima que este año saldrán del país 3000 millones de dólares más que los que ingresarán

42,6%
El origen del mal
Un exorbitante gasto público de 42,6% del PBI es lo que obligó a emitir pesos, lo que generó inflación y volcó a la gente al dólar.

4000
Millones de dólares
Es la suma que se espera atraer al país con el blanqueo de capitales, algo que los analistas estiman exagerado.

2011
Energía en rojo
Fue el año en que la balanza energética dejó de ser superavitaria y pasó a tener un déficit de US$ 3000 millones.

Fuente: Por Carlos Manzoni  | LA NACION

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