A poco menos de 30 años del estreno de Camila , el film de Maria Luisa Bemberg protagonizado por Imanol Arias y Susú Pecoraro, esta conmovedora historia real vuelve a ser representada. En esta ocasión, será sobre las tablas, en el musical Camila, nuestra historia de amor , escrito y dirigido por Fabián Núñez e interpretado por Natalie Pérez y Peter Lanzani (como Camila y Uladislao), Julia Zenko, Miguel Habud, Laura Silva, Santiago Ramundo, Magalí Sanchez Alleno, Déborah Dixon, Nelson Rueda, Sergio Di Croce y Déborah Turza.
«Para mí es muy fuerte interpretar a una persona que existió… La primera vez que ella lo vio a Uladislao pienso que habrán tenido un fuego en la mirada. Debe haber sido muy fuerte lo que les pasó, tanto a ella como a él», dice Pérez, apenas comienza su charla con LA NACION. Se suma también Peter Lanzani, sonriente pese al cansancio que carga, luego de terminar una larga jornada de grabación (el actor forma parte de Aliados , la nueva ficción de Cris Morena).
«Lo lindo de la historia es que ambos terminan enamorándose sin siquiera conocerse tanto íntimamente. Es un amor puro y los dos se deciden por jugarse y escaparse juntos», dice el actor.
Son muchos los desafíos que la joven dupla debió afrontar a la hora de hacerse cargo de la historia. Si bien Natalie logró ya un notable reconocimiento por su trabajo en El diluvio que viene, interpretar a Camila implica, según dice, un salto importante en su carrera. «El desafío en lo actoral o emocional es que Camila sufre un cambio de niña a mujer en el momento en que se da cuenta de que está enamorada de un cura», observa la actriz, quien se dedicó intensamente a investigar la historia de su personaje.
Por su parte, Peter también afronta los desafíos artísticos que le presenta la obra y suma, además, un reto personal: ofrecerle al público una nueva faceta y desterrar, quizás, algunos prejuicios: «Para un actor de televisión entrar a otro rubro como es la comedia musical tampoco es tan fácil-dice el ex Teen Angel-. Sé que voy a estar en la boca del lobo y sinceramente me estoy esforzando muchísimo para tratar de dejar la mejor impresión… Yo creo que esto me va a dar una mano para mostrar una nueva faceta mía». Preocupado por cómo podrán reaccionar sus fans cuando lo vean salir a escena (por los gritos, banderas y otras muestras de efusivo afecto que el popular Lanzani suele despertar), el actor tomó cartas en el asunto: «Vía Twitter y a través de un par de notas, las fui entrenando y creo que lo tienen entendido. Saben que es algo completamente diferente y yo trato de expresarles que me encanta y amo que vengan a verme y a seguirme en todo lo que hago, pero esto es una obra musical con texto y requiere mucha concentración no solamente para mí sino también para todos mis compañeros. No voy a estar con un micrófono de mano, bailando y cantando «A ver si pueden» [uno de los temas del repertorio de Casi ángeles]», dice entre risas.
Sin dudas, el paso por Camila… unió a esta joven dupla protagónica y despertó en ellos una admiración mutua : «Uno se para enfrente de ella y, hagas lo que hagas, te va a seguir. Tiene una dulzura que cautiva. A mí me parece una persona muy talentosa y me sorprendió mucho la química que logramos desde el primer día que nos vimos», dice Peter al hablar de Natalie. «Es buen compañero, es generoso… Realmente me sorprendió que, aparte de ser talentoso, es muy laburante. No piensa: «Ya está, ya me conocen, tengo fans, trabajo en la tele». Va a estudiar canto, llega temprano, se preocupa», dice ella.
EL NACIMIENTO DE UN SUEÑO
El proyecto de hacer un musical de la historia de Camila O’Gorman permaneció en el alma y en la mente de Fabián Núñez durante muchos años antes de convertirse en una realidad. «Con mucho esfuerzo, en 2007, en el Borges, hicimos una presentación de la obra con un grupo de actores amigos. En ese momento, armamos una especie de workshop al cual se acercó Sabrina [Romay, actual productora de la obra]… Ella quedó muy enamorada de la obra y me dijo: «En algún momento, yo la voy a hacer como tenemos que hacerla». En esos años que siguieron, seguimos hablando, pero las circunstancias del teatro y del país fueron cambiando. A veces se hace muy difícil el género porque es muy costoso. De alguna manera, yo, pensando en algo más realizable (porque había pensando originalmente en un gran ensamble, coreografías, etcétera), cambié un poco el concepto. Pero no sólo por la posibilidad de hacerlo realizable sino para ir hacia algo más teatralizado. Surgió esta idea y empecé a trabajar, primero junto con Gerardo Gardelín [hoy, a cargo de la dirección musical y los arreglos]. Estuvimos esperando desde hace uno o dos años para tener un teatro. Este año se dio justo esta posibilidad del Lola y acá estamos», relata el director.
Basta con escucharlo hablar para darse cuenta de que ésta, su primera obra, tiene mucho de personal. «Cuando me encontré con la historia me dio como una sensación de impotencia: ¿cómo puede ser que los hayan condenado sólo por amar fuera de las convenciones sociales que les imponia la época?» Conmovido por la historia real, en el proceso de crear el musical, lo primero que decidió Núñez fue «ir a las fuentes»: investigar profundamente a los personajes y la coyuntura de la época para luego hacer de esta romántica y trágica historia algo propio. «De alguna manera no quise contar solamente la historia de Camila y Uladislao, sino también la de todas las mujeres que rodeaban a Camila y que dan un marco de época», explica. Fue así como dio vida a un abanico de complejos personajes femeninos. Entre otros, están: Ana de Perichon (Zenko), la revolucionaria abuela de Camila; la nana (Dixon), signada por la marginalidad que le daba su color; la madre, una mujer sumisa que intentaba cumplir con el rol que le imponía la época (Silva) y una Manuela Rosas (Sánchez Alleno) «atravesada por el deber ser de su padre».
En cuanto a las características que definen a su creación, el director asegura que la obra combina escenas trabajadas desde el teatro de texto y canciones que reflejan las reflexiones de los personajes o las relaciones entre ellos. «El desafío mío era contar un musical de otra manera. Estamos hablando de escenas de texto con canciones, pero no son escenas cantadas».
Pese a que pasó muchos años estudiando y trabajando su propia versión de la historia, habla de ella con el entusiasmo de quien recién la descubre y confiesa que, aún hoy, al escuchar las líneas de la carta final que Uladislao le escribió a Camila, no puede evitar emocionarse. ««Camila mía, acabo de saber que mueres conmigo. Ya que no hemos podido estar en esta tierra unidos, lo estaremos en el cielo, ante Dios. Te abraza… tu Gutiérrez»-recita el director-.La escuché tantas veces y me sigue emocionando.»
- Camila, nuestra historia de amor
De Fabián Núñez
De miércoles a viernes, a las 21; sábados, a las 20 y a las 22.30; y domingos, a las 20.30.
En el Lola Membrives, Corrientes 1280.
Por Carolina Amoroso | LA NACION
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