Estuvo en la guerra de Malvinas
El martes por la tarde estuvo en San Rafael el Brigadier retirado Carlos Antonio Tomba, disertando sobre su actuación en Malvinas.
Brigadier retirado Carlos Antonio Tomba, estuvo durante la guerra de Malvinas volando un avión Pucará en la isla, realizaba operaciones que teníamos con el escuadrón Pucara de reconocimiento ofensivo y apoyo a la fuerza de superficie y “durante la guerra y yo estaba haciendo la escuela de guerra” cuando empezó el tema de Malvinas hacia un año y medio que no volaba el avión y se presento en forma voluntaria, fue a las islas y se volvió a readaptar en el avión para volar y cumplir su sueño de cumplir misiones de combate
“Fueron días donde uno tenía el convencimiento de que estaba haciendo aquello para lo cual por un lado se había preparado y por otro lado su nación se lo estaba solicitando”. “Eran días muy duros de mucho nerviosismo pero yo estaba convencido de que estaba haciendo lo que no solamente mi patria me demandaba, sino que estaba convencido de que lo tenía que hacer”. “Con la ayuda de Dios por supuesto, que en esos momentos la fortaleza del ser humano no alcanza, hace falta algo más que uno lo ilumine y le de fuerzas para seguir para adelante” agrego Tomba.
Según Tomba para los que tuvieron en algún momento la elección de una profesión como la Fuerza Aérea, que es una profesión de servicio, y quien elige a las Fuerzas armadas sabe que la vida deja de ser de uno para depender y ser de su Patria.
“Estaba cumpliendo aquello para lo cual me había preparado toda la vida, desde el punto de vista profesional era lo máximo, del punto de vista humano muy doloroso, porque las experiencias por mucho que uno estudie y aprenda y lea sobre la guerra, hasta que uno no ve los resultados de las armas, no se da cuenta lo doloroso y triste de lo que provocan las armas y allí uno se da cuenta de que es algo que hay que evitar de cualquier forma” dijo Tomba.
Pedacitos de historia
Tomba tiene 66 años y lleva 31 años conviviendo con la sangre, el horror, la adrenalina y, claro, el olvido. Sobrevivió dos veces en la Guerra de Malvinas. La primera vez fue cuando se eyectó de su avión cuando los ingleses le prendieron fuego al Pucará que él conducía. Y la otra, dice, fue cuando llegó a su casa de Mendoza sano y salvo, y encontró, según afirma, «un país de fiesta».
El piloto todavía recuerda el primer impacto contra el avión que él manejaba (Alfa 511), cuando se quedó sin comando. Ya había visto el ala izquierda de la aeronave destrozada por unos misiles.
Así fue como Tomba decidió eyectarse del avión para sobrevivir. Quedó inmóvil; el avión británico desapareció luego de sobrevolar la zona un par de veces. Tomba había sobrevivido.
Tomba caminó decenas de kilómetros sin mapa, con principio de congelamiento y totalmente desconectado, hasta que encontró un refugio vacío cerca de la base Goose Green, Gran Malvina, donde había sido atacado.
Tomba escuchó el zumbido de un helicóptero argentino –sí, lo reconoció– y tiró una bengala para que lo rescataran. Y fue salvado. Había sido su sexta y última misión en la guerra del Atlántico Sur.
Desde entonces, el mendocino trabajó en la base, soportando el ataque diario de los aviones y de la flota inglesa. Tomba fue detenido el 26 de mayo, cuando los ingleses tomaron la base de Goose Green, defendida por el Ejército. Allí compartió el cautiverio por 10 días con 12 argentinos, sin abrigo, sin luz, sin comida suficiente y con mucho miedo.
Tomba, quien hoy disfruta su vida acompañado por su mujer, sus tres hijos y varios nietos. Sin embargo, el hombre insiste con que volvería a combatir si fuera necesario y completa con una síntesis del pasado y el presente: «La Guerra de Malvinas reflejó a los argentinos”.
Sé el primero en comentar en «Carlos Antonio Tomba estuvo en Mendoza»