PUERTO ARGENTINO.- Presencia militar y desarrollo económico van de la mano en las islas Malvinas. Es imposible pensar en el auge de la pesca, el petróleo y otras actividades a futuro sin el apoyo logístico de la defensa británica. Los militares se han convertido en un engranaje escencial para la seguridad y el bolsillo de los malvinenses.
La Royal Marine no sólo está aquí para disuadir la amenaza argentina. También ahuyenta a los buques coreanos, taiwaneses, chinos y de otros países que llegan para hacer uso ilegal de los recursos naturales.
Más allá de las denuncias que hizo la Argentina ante la ONU por la presunta presencia de armas nucleares británicas en esta zona y el debate que se abrió entre Londres y Buenos Aires por este tema, lo cierto es que tanto para el ciudadano común como para la administración local de estas islas los controles de pesca, el desminado de campos o el desarrollo petrolero en el mar a futuro no se podría realizar sin el apoyo logístico de las fuerzas armadas británicas.
No fue casual que en el reciente referéndum para evaluar si la población quería seguir perteneciendo a Gran Bretaña como territorio de ultramar, la papeleta de votación aclaraba que el Reino Unido continuará asistiendo en la defensa militar de las islas.
El gobierno de Malvinas tiene una base de defensa propia que trabaja junto con la milicia del Reino Unido y está a cargo del mayor Peter Biggs, quien no dudó en comentar a LA NACION: «Estamos preparados para cualquier ataque de la Argentina, pero espero que eso no suceda porque somos un pueblo pacífico y la defensa militar aquí efectúa un fuerte soporte para nuestra economía».
Biggs también admitió que recibe el apoyo de la Royal Marine en el control de la pesca. Esta unidad militar se encuentra en Puerto Argentino y comparte tareas con la base de Mount Pleasant, donde hay unos 1500 soldados británicos. Después de la guerra de 1982 esa base llegó a tener unos 20.000 uniformados. Niega que haya armamento nuclear en las fuerzas de las islas: «No necesitamos de eso. No entiendo por qué cree el gobierno argentino que acá hay armas nucleares porque no es así».
Tanto la administración local de las islas como el gobierno británico negaron que en Mount Pleasant exista armamento nuclear. Más bien, cuando se menciona el tema de la defensa apuntan a la protección de la soberanía y a la ayuda para el desarrollo de la economía. Por ejemplo, para proteger la actividad pesquera que resulta gravitante en la economía de los isleños: es el mayor ingreso de las islas ya que ocupa el 60% del PBI de la economía local. Así, las islas reciben unos 40 millones de dólares anuales sólo por otorgar licencias pesqueras.
Más de 150 buques de banderas de todo el mundo ingresan anualmente en las 200 millas circundantes a las Malvinas y muchos de ellos no tienen el permiso de pesca que exige la administración local, por lo que deben ser retenidos para pagar elevadas multas.
Según el consejero local Dick Sawle, la administración de las islas sólo cuenta con un barco patrullero de pesca y un avión para hacer la tarea de control. Así, se contrata a personal local o a extranjeros para desarrollar esta actividad. Aunque el legislador isleño negó que haya una intimidación de los militares a los buques pesqueros, la realidad es que sin el apoyo logístico de la base de Mont Pleasant sería imposible controlar los abusos de la pesca en la zona.
El gobernador de Malvinas que es designado por Londres, Nigel Haywood, dijo a LA NACION que la actividad de control de la pesca tiene la protección militar, pero aclaró que «no hay un rol explícito para el gobierno británico en este caso». Si bien aclaró que los beneficios de la actividad pesquera van para los isleños, Haywood destacó: «Cualquier cosa que les ocurra a los isleños en esta actividad estamos para protegerlos y ayudarlos».
Un empleado extranjero de la administración local que realiza estas tareas de control pesquero y que prefirió el anonimato para no perder su fuente de trabajo dijo a LA NACION que «cada vez que necesitamos realizar un rescate o detectar el ingreso de buques en lugares que no podemos llegar recurrimos al apoyo militar de barcos, aviones y helicópteros». Para este empleado que lleva varios años en Malvinas con una muy buena renta en libras hay una realidad irrefutable: «sin el apoyo militar, el control pesquero sería imposible», dijo.
Otro de los trabajos que tienen que ver con el desarrollo económico a futuro en las islas y cuentan con apoyo militar son las tareas de desminado. Se estima que hay más de 18.000 minas en actividad en estos momentos. En cada zona cercana a la costa o en el campo existen carteles donde se advierte sobre el peligro de minas.
El Ministerio de Defensa británico trabaja desde hace muchos años en esta labor de desminado. Actualmente se ingresó en la tercera etapa y la labor la realizan expertos de Zimbabwe contratados por las fuerzas armadas. Esta tarea de desminado permitirá a los isleños aprovechar mucho más los campos que hoy están vallados y negados para un proyecto económico.
En el futuro habrá muchos más campos alistados para el ganado o para instalar fábricas allí donde hoy hay minas
Por Martín Dinatale | LA NACION
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