San Rafael, Mendoza martes 26 de noviembre de 2024

LEGÍTIMA DEFENSA. Días previos a la Guerra de Malvinas de 1982

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En el común de las personas, argentinos y extranjeros, se encuentra instalada la noción de La Argentina invasora, dando por sentado que fue nuestro país quien agredió al Reino Unido invadiendo las Islas Malvinas.-

Nada más alejado de la realidad. A continuación, utilizando como fuente las crónicas de “El Malvinense”, analizaremos los hechos que llevaron a que la Argentina reaccionara y recuperara las islas:

La empresa argentina Georgia del Sur S.A., administrada por Constantino Davidoff, negoció en 1979 con una empresa de Edimburgo, Christian Salvensen Limited, con el objetivo de desguazar las instalaciones de factorías balleneras instaladas en Leith, Stromness y Husvik, ubicadas en la isla San Pedro (Georgias del Sur). Tras la firma, las autoridades británicas en las islas fueron noticiadas del hecho, sin provocar protesta alguna.

En diciembre de 1981, tras habérsele negado la Embajada británica de Buenos Aires, viajar con un transporte a las islas, Davidoff pide al gobierno argentino se le facilitara aprovechar la expedición anual del Rompehielos Alte. Irizar hacia la Antártida para que efectuara una parada en Georgias. Aunque el gobierno inglés fue notificado de lo que sucedería, optó por no proceder ni realizar incidentes, ya que creía que cualquier movimiento empeoraría la situación con Argentina, que ya estaba muy delicada. Por tanto, aceptaron la llegada de Davidoff a las islas, junto a 6 personas. La permanencia allí fue de tan solo 7 horas. Al llegar a Buenos Aires, el empresario envía una nota ante la Embajada británica alegando que su único objetivo era terminar sus negocios lo antes posible sin provocar problema alguno y pide que se le asesore en cuanto a cómo proceder a futuro, ya que pensaba terminar sus trabajos comerciales.

Por su parte la intención del gobierno argentino era justamente, evitar cualquier inconveniente respecto al tema con Davidoff. Al parecer, ninguno de los dos países quería problemas, sin embargo, veremos más adelante que Gran Bretaña cambió de parecer.

Davidoff, decide entonces emprender su viaje a las Georgias con su grupo de obreros, (entre ellos españoles, chilenos y uruguayos). Avisa previamente el día 11 de marzo a la Embajada británica que se hará presente en Georgias y que será embarcado en el ARA Bahía Buen Suceso. Que el buque no tenía propósitos militares ni armamento y que su utilización sería solo comercial. La embajada autorizó el viaje y no objetó los motivos del mismo. Los hombres de Davidoff estaban provistos de las «tarjetas blancas», que era el elemento a usar por los isleños que viajaban al continente y por los argentinos a Malvinas, según lo establecía el Acuerdo de Comunicaciones firmado en 1971 por ambos países. El mismo 11 de marzo zarpa el «Bahía Buen Suceso» a las Georgias, Davidoff quedaría en Buenos Aires.

Veremos como el gobernador de las islas Rex Hunt, con una serie de mensajes falsos y exagerados, provoca el accionar del gobierno británico, seguido del manejo de la prensa inglesa, manipulada por los intereses de los grupos económicos que manejaban las islas. Sumado a esto, la Embajada británica en Buenos Aires, realiza un doble discurso: a la Argentina le afirma que el incidente estaba superado, mientras que por el otro lado, incitaba al gobierno de Thatcher a tomar medidas injustificadas, para desalojar a los trabajadores de la isla.

Son entonces el gobernador, la prensa, y la embajada que instan a que el gobierno imperial tome medidas, sin interiorizarse en el tema ni tratando de resolver el incidente directamente con Argentina. Grave error si es que se pretendía llegar a un arreglo. Por el contrario, sabemos, que había intereses en juego, que harían que el gobierno de Thatcher, se viera interesado en crear un conflicto bélico.

Aquí comienza la historia…

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19 de Marzo

Desembarca por la mañana, el ARA Bahía Buen Suceso en las Georgias, que llevaba 41 operarios, que permanecerían unos cuatro meses realizando las tareas de desmantelamiento de la fábrica que había sido adquirida por Davidoff. No había militares allí. Se produce el izado de una pequeña bandera Argentina sobre una estructura de carpintería. Al rato, cuatro hombres del «BAS» British Antartic Survey, se hacen presentes y exigen que se arriara la bandera, que volvieran a cargar el material desembarcado al buque y se trasladaran a la capital de las Georgias, Grytviken, para solicitar el permiso de desembarco. Acto seguido la bandera es arriada. Aquí Gran Bretaña comienza a declararle la guerra a la Argentina, ya que amenaza con el uso de la fuerza, sin motivo alguno.

20 de Marzo

Se presentan nuevamente los británicos, entregando un manuscrito sin membrete. El texto no contenía sanción ni intimación alguna. El encargado del grupo envió el texto a Buenos Aires para pedir instrucciones, una vez obtenidas, no pudieron dar respuesta a los miembros del BAS, porque se habían retirado del lugar. El mismo día el gobernador de las Malvinas, Rex Hunt, informa a Londres que un grupo de civiles y militares había desembarcado en Puerto Leith, izado una bandera argentina y efectuado disparos de armas de fuego (para cazar ciervos), los cuales ante la intimación que se retiraran, respondieron que poseían autorización de la Embajada británica en Buenos Aires. Expresó además, que según él, la Armada Argentina utilizaba a Davidoff para encubrir su presencia en la isla. Acto seguido, el embajador británico en Buenos Aires, el mismo que había aceptado la llegada de los obreros el día 11, ordenó al gobierno argentino que debía retirar a la gente desembarcada y al buque de guerra, de lo contrario se tomarían las medidas del caso. Argentina responde que el buque «Bahía Buen Suceso», no era un buque de guerra, sino de transporte, y que zarparía de Leith el día 21, al completar su descarga, y que además, no había militar alguno allí. Recordemos que el día 11 de marzo, se le envió al Embajador todo los detalles de la estadía, y que el mismo aceptó.

21 de Marzo

Zarpa de regreso el ARA Bahía Buen Suceso, dejando el grupo de Davidoff en tierra, para seguir con sus tareas. Zarpa de Malvinas, el buque HMS Endurance, con 22 marines a bordo y bien armados. He aquí el primer movimiento de tropas, y que es realizado por GRAN BRETAÑA. Una nueva declaración de guerra, tras la amenaza del día anterior.

22 de Marzo

La prensa británica califica las acciones como una invasión argentina a las Georgias. El gobierno argentino tras arduas reuniones en la Embajada británica logra aclarar la situación, y el embajador Williams consideró que el incidente ya estaba superado.

23 de Marzo

Se ubicaron dos buques atómicos ingleses en los alrededores de las Islas Malvinas, en lo que más adelante sería la «zona de exclusión». Además de los buques de tropas Biscoe (68 soldados a bordo) y Branskfield (buque polar) que zarparon rumbo a las islas (desde Chile y el otro buque navegaba ya a la altura de Uruguay). Londres ordena expulsar a los obreros de la isla con el uso del HMS Endurance y además declara que enviará nuevos buques de guerra al Atlántico Sur. Acto seguido Davidoff pide al gobierno argentino que se protegiera al grupo de trabajo, es por eso que se decide enviar al ARA «Bahía Paraíso», que estaba en plena campaña antártica para proteger a los civiles. El gobierno argentino cita al embajador Williams para intentar hacer entender las verdaderas intenciones, ya que de seguir el curso de las acciones, se provocarían consecuencias imprevisibles. Gran Bretaña responde que Argentina debía retirarse de la isla, ya que de lo contrario aplicaría la fuerza.

24 de Marzo

«El tiempo se les está acabando», expresó el embajador Williams a las autoridades argentinas, «deben ir a Grytviken a sellar sus pasaportes». Costa Méndez contesta que no hacía falta sellar pasaporte, puesto que los hombres poseían sus respectivas «tarjetas blancas», y que los obreros no serían retirados. El gobierno argentino decide implementar la hipótesis planeada para desembarcar en Malvinas a fin de 1982, para llevarla a cabo lo antes posible.

25 de Marzo

Gran Bretaña, a través de su Primer Ministro Margaret Thatcher, decide alistar siete buques de guerra que se encontraban realizando ejercicios en Gibraltar, para llevarlos a las islas. Una nueva declaración de guerra, con otro nuevo movimiento de tropas.

26 de Marzo

Zarpa de Leith el «Bahía Paraíso», dejando a 14 soldados argentinos armados solo con fusiles, para proteger a los obreros. En Puerto Belgrano se preparan los buques argentinos para llevar a cabo una posible acción de recuperar las islas. Se decide en últimas horas del día, tomar las islas, según el plan de febrero del 82, ya que: Gran Bretaña se negaba a negociar, y estaba enviando refuerzos militares; la falta de honestidad con que llevó el Reino Unido el incidente de las Georgias; exagerar el incidente y aprovecharse de la situación para congelar el diálogo por la soberanía.

Por tanto quien hostiga, amenaza e intenta utilizar la fuerza es GRAN BRETAÑA, el Imperio mostraba una vez más su hilacha, para provocar el conflicto armado. El 26 de Marzo se decide actuar. De otra forma si Argentina no actuaba perdería las islas y su reclamo por INACCIÓN, según lo expresado en el derecho internacional por la doctrina de Sope: «Renuncia por parte de un estado, por inacción frente al acto soberano de otro, a todos los derechos alegados hasta la fecha con relación a un área en disputa.»

De lo expuesto se concluye que los ingleses desde fines de Marzo sabían cómo iba a terminar todo esto y nunca intentaron llegar a un arreglo pacífico. Es el Imperio anglosajón quien debería de ser acusado de violar la paz y los derechos humanos y atormentar a la Nación Argentina por provocar un conflicto armado.

Esto prueba que si Argentina no reaccionaba ante la agresión de marzo, se aplicaría la doctrina del ESTOPPEL, que es la renuncia por parte de un estado, por inacción frente al acto soberano de otro, a todos los derechos alegados hasta la fecha con relación a un área en disputa, como ya se ha explicado arriba.

Cuando el gabinete de Margaret Thatcher agredió gratuita e innecesariamente a la Argentina en las Islas Georgias desde el día 19 de marzo de 1982, nuestro país respondió a esa agresión recuperando militarmente las Islas Malvinas, usurpadas desde el 3 de enero de 1833. Ceder al ataque de las Islas Georgias, o no contestarlo hubiera significado la inmediata aplicación de la Doctrina del Estoppel. Es decir, habríamos renunciado por inacción a todos los Derechos alegados hasta la fecha sobre nuestra soberanía en el Atlántico Sur.

Si Gran Bretaña atacaba a Argentina, despojando a los civiles de las Georgias, ante los ojos del mundo, quedaría visto como un grave error, una agresión injustificada. Es por ello, que provoca la acción militar del 2 de abril, y así poder llevar a un conflicto bélico, sin pensar en las consecuencias que ello provocaría. La acción argentina del 2 de abril, fue justificada por la ONU y el derecho internacional, como se explicó en el párrafo de arriba. La misma Corte Suprema de la Nación, en un fallo contra el reclamo del empresario Davidoff, ha dicho que Argentina actuó en defensa legítima de sus derechos, y no por conveniencia u otro motivo. «Otro motivo», hubiera alejado el apoyo de las principales potencias extranjeras y del resto de las naciones que elogiaron la actitud argentina. Si como dicen algunos hoy en día, Argentina hubiese sido la agresora, entonces la ONU le hubiera dado la espalda, y hubiese obtenido el repudio mundial. Justamente, sucedió lo contrario.

Los datos históricos traídos a colación en la presente edición muestran una vez más que Inglaterra ha mostrado en el curso de los años una actitud contrapuesta a las normas del derecho internacional y a la paz, pues nunca han abandonado su idiosincrasia imperialista en perjuicio de las naciones más débiles.-

Hasta la próxima, si Dios así lo permite!!!!!

 

 

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