El Gobierno de Barack Obama ha pedido al Tribunal Supremo de EEUU que declare inconstitucional la ley federal que define el matrimonio como «la unión entre un hombre y una mujer» cuando decida sobre el asunto el próximo junio.
El Departamento de Justicia entregó al Supremo la primera de una serie de opiniones legales sobre el asunto de los matrimonios homosexuales, que el Supremo debe evaluar tras admitir a trámite dos demandas al respecto.
Una de las demandas cuestiona la constitucionalidad de la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA, por su sigla en inglés) de 1996, que define el matrimonio como «la unión entre un hombre y una mujer» y a la que Obama se ha opuesto públicamente en numerosas ocasiones desde mayo de 2012, cuando se mostró a favor del matrimonio gay.
El Departamento de Justicia respaldó esa posición en el documento, que llega un mes antes de que el Supremo acoja su primera audiencia sobre el asunto. «La oposición moral a la homosexualidad, aunque pueda reflejar opiniones personales profundas, no es un objetivo de política legítimo que pueda justificar el tratamiento desigual de las personas gays y lesbianas», dijo el abogado general de EEUU, Donald Verrilli, en el documento.
Verrilli subrayó además que la ley niega a las parejas homosexuales una serie de beneficios federales que sí reciben los matrimonios heterosexuales.
El Gobierno de Obama está considerando intervenir también en el segundo caso sobre el matrimonio homosexual que evaluará el Supremo, el relacionado con la Proposición 8 de California, que declara ilegales las bodas gays en ese estado y fue aprobada en un referendo en 2008, poco después de que el estado legalizara esas uniones.
En 2010 un tribunal de apelaciones declaró inconstitucional la enmienda, por lo que sus defensores decidieron el pasado julio llevar el caso ante el Supremo. Según fuentes de la cadena CNN, el Departamento de Justicia prevé publicar la semana que viene un ‘amicus’ u opinión legal de apoyo que defiende el derecho constitucional a los matrimonios del mismo sexo, y que la Proposición 8 debe derogarse como una violación de la «protección igualitaria» que se garantiza en la Constitución. No obstante, Obama debe aún tomar la decisión final sobre si intervenir o no en la disputa estatal, según las fuentes.
El matrimonio homosexual es legal en nueve estados del país -Maryland, Washington, Maine, Nueva York, Connecticut, Iowa, Massachusetts, Nuevo Hampshire, Vermont- y en el Distrito de Columbia. En otros cinco estados se permiten uniones civiles, pero no es un derecho reconocido por el Gobierno federal.
En mayo pasado Obama se convirtió en el primer presidente estadounidense en apoyar públicamente el matrimonio homosexual. Durante su primer mandato, Obama abolió la norma conocida como «Don’t Ask Don’t Tell (No preguntes, no digas)», que prohibía que los homosexuales que admitieran serlo formaran parte de las Fuerzas Armadas.
Según una encuesta de diciembre de ‘USA Today’ y Gallup, el 53 % de los estadounidenses está de acuerdo en que las parejas del mismo sexo puedan casarse, casi el doble del apoyo registrado en 1996. Pese a todo,los grupos conservadores se siguen oponiendo y logran victorias como la de mayo pasado en Carolina del Norte, donde se aprobó en un referendo una enmienda a la Constitución estatal que prohíbe el matrimonio entre homosexuales.
Efe | El Mundo (España)
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