En días previos a las elecciones provinciales y municipales de Mendoza, leímos en el muro de un conocido ambientalista de izquierda de Gral. Alvear: “este domingo de mierda, agarro mi DNI de mierda y voto a este intendente de mierda”, y mostraba la foto del intendente radical Marcolini, que iba por su reelección. No había, no hay, opción en este pensamiento colonizado. La “otra” posibilidad nunca existió, no existe. El negacionismo llega a esos extremos.
Célebre por sus burlas y sarcasmos contra el kirchnerismo, este simpático personaje votó a la derecha, pero con consignas de izquierda; no es la primera ni la única vez. Esta historia ya tiene 75 años. En San Rafael también los hay, como los “ecologistas” de “Uranio no, Gracias”… al menos así se llamaba en 2007, con una referente de nombre Virginia, otra de nacionalidad italiana Fúlgida Truzzi, y varios y varias más, que votan a la derecha con tal de que el pueblo peronista (ahora kirchnerista) no gane elecciones. Esa izquierda nunca aceptó el convite de los no izquierdistas a sumarse al reclamo JUDICIAL por un tema ambiental muy de moda y que para ellos es eso, justamente, sólo una MODA CULTURAL, en el mismo nivel que cierto feminismo y el lenguaje inclusivo.
Si entramos al muro de “Fulgi Truzzi”, San Rafael, leemos algo similar y complementario: “cuando me pides «amistad» ten en cuenta: no soy ka, no soy gansa, soy trabajadora, soy campesina, lucho por mi tierra, mi existencia y la de les demás, creo en la solidaridad entre la clase obrera y no me interesan chusmerios no te equivoques, sería tiempo perdido”.
Esta persona alguna vez pretendió, junto a su amigo Alessandro Donnini ser reconocida como “espeleólogos” por su vinculación con los responsables italianos (Giovanni Badino, q.e.p.d.) y argentinos (Enrique Lipps, Carapachay, Pcia. de Bs.As.), todos ellos sospechados de vínculos con intereses mineros, de hechos de colonización ambiental capitalista, tal como posteamos en https://issuu.com/fade3/docs/colonialismo_espeleol_gico, confiesa su odio al kirchnerismo, pero nada dice contra el radicalismo en el poder. Nada nuevo
Así fue también en 2015, cuando Nicolás del Caño llamó a votar en blanco en la segunda vuelta, porque “daba lo mismo” Macri que Scioli. Caramba. Obtuvo 300.000 votos, cuando en las PASO nacionales los votos en blanco habían sido 1.200.000. No mentimos: https://www.argentina.gob.ar/interior/dine/resultadosyestadisticas/2017.
Hagamos números: en las PASO presidenciales el FIT obtuvo 800.000 votos. Y hubo 1.200.000 votos en blanco. Total: 2.00.000 de votos. ¿Se entiende entonces por qué Macri llegó a ser presidente?…. por la acción combinada del gorilismo de derechas con el gorilismo de izquierdas, como en el caso apuntado ut supra de nuestros militantes alvearenses e italo-sanrafaelina.
Hubo 500.000 votos del FIT que fueron a Macri?, … la sospecha se mantiene cuando a posteriori esa izquierda nunca dejó de hostigar al kirchnerismo. Da lo mismo si los populismos son oficialismo u oposición, son “el enemigo” y punto.
O sea que, estén donde estén, su función es, siempre, dividir el campo popular: eso hizo el MIR en 1973 en Chile y eso denunciaron los grandes líderes mundiales (Fidel Castro, Che Guevara, Ho Chi Minh); eso vemos incluso en algunas “organizaciones sociales” que contribuyeron, en estos días, al derrocamiento de Evo Morales en Bolivia.
En Argentina siguen acusando al kirchnerismo de los desaguisados ambientales a pesar de ser la única fuerza que convocó ABIERTAMENTE a elaborar una plataforma democrática vía el Instituto Patria, acusaron a Cristina de no haber hecho nada por los derechos de la mujer (sic, Manuela Castañeira, varias veces en C5N), y hasta se dieron el lujo de violar los derechos humanos apoyando el desafuero de un diputado no sentenciado sino sólo procesado, Julio De Vido, quien pasó a engrosar la lista de presos políticos, por los cuales el FIT no reclamó; es claro, sólo son peronistas.
Sobre el tema del “feminismo” que parece ser transversal a esta neo-izquierda sin base social de sustentación, la misma Cristina en su libro SINCERAMENTE (una joyita de la literatura política), acusa a ciertas militantes de no haberla defendido a ella, ni de las humillaciones e insultos contra su persona durante su Presidencia, en la revista NOTICIAS, en TN, en CLARIN, etc. Es claro, Cristina es peronista!. No es mujer, es peronista.
Sin embargo, y volviendo al 2015, Del Caño se jactó de ese “triunfo” y salió a aplaudir a esos “300.000 votos conscientes” conscientes!”… así lo puso en Twitter. O sea que hay 12 millones de “inconscientes” que votaron a Scioli.
Pero lo de “inconscientes” es algo que me trae a cuento y que mencioné recientemente en un libro, reproducido en http://piramideinformativa.com/2019/10/rodolfo-kusch-y-el-pensar-en-americano-parte-v-por-carlos-benedetto/: el 9 de diciembre de 2015, en la plaza de la despedida a la presidenta-cenicienta que a la medianoche se convertiría en calabacita, un morocho desaliñado, sucio, feo, vendedor de choripanes, gritaba “a lo chori, a lo chori, que se terminan y mañana se viene el sushi!!”. En pocas palabras, ese hombre no habría leído nunca algún libro (menos aún EL CAPITAL de Marx y LA REVOLUCION PERMANENTE de Trotsky), pero sabía cuál era su lugar en el mundo; pertenecía, pertenece, a una clase social, y piensa como debe pensar esa clase social. Y sentía, como otros miles de villeros con quienes luego tuve el honor de compartir el viaje en tren a la casa de mis primos, algo que la intelectualidad retorcida no conoce: la gratitud hacia una gobernante que, simplemente, pensó en ellos como una madre piensa en sus hijos.
Si a usted, señor lector, le suena cursi esto que escribo, por favor detenga la lectura y lea un libro más a la altura de su situación mental: MI LUCHA de Adolf Hitler, por ejemplo.
Para el Sr. Del Caño “ser consciente” es “haber leído”, no “haber vivido”. El vendedor de choripanes en la Plaza del 9 se mantenía fiel al “alpargatas sí, libros no”. Le alcanza con el cassette histórico que los libros desarrollaron en su cabeza e ignora las luchas propias de este pueblo en este suelo. No entiende nada, como nada entienden los que lo siguen, o estén cerca, así se pongan pañuelos verdes en sus muñecas izquierdas.
No se es “consciente” de las supuestas estrategias adecuadas para tomar el Palacio de Invierno (el vendedor de choripanes de marras seguro tampoco sabía que fue eso), sino que se es consciente de los derechos adquiridos y respetados en una determinada experiencia histórica, que fue tan fuerte, tan profunda, que pudo volver al primer plano luego de cuatro años de ignominia.
La calabacita, el feminismo y la política machirula
Un chiste que causó mucha gracia a las decenas de miles de personas reunidas en la plaza del 9 de diciembre de 2015, fue cuando Cristina dijo “esta medianoche me convierto en calabacita”, aludiendo al cuento de la Cenicienta, una sirvientita que había tenido una noche mágica, había encontrado el amor … pero todo era un hechizo. En ese hechizo pierde un zapato, y el hombre que la ama la busca hasta que la encuentra y entonces la sirvientita se transforma en princesa. Es decir, que la condición de “calabacita” era transitoria.
Cristina estaba anunciando, tácitamente, que volvería, y el pueblo allí reunido lo entendió así. Había dolor y alegría a la vez en los rostros de todo el mundo. Una sensación extraña.
Se iba, pero volvería. Y el pueblo advertía “si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar!”… será por eso que el machirulismo antinacional y anti popular no pudo meterla presa ni impedir que volviera?. Habrá que estudiarlo detenidamente al momento de juzgar si los cambios de la década Ganada fueron efímeros o permanentes en otro nivel.
La cosa estaba clara, blanco sobre negro: se trataba de una batalla entre la política patriarcal y la “vaginocracia”, como le gusta decir a Moria Casán. Sobre esto quiero hacer algunas reflexiones.
En efecto, el presidente electo, El Innombrable, se negó a recibir el bastón de mando de parte de una mujer. Había que sacarla antes, porque había que seguir el berrinche del mafioso, que quería recibir el bastón de mando, el falo, de otro varón. No sólo se enfrentaban allí las visiones neoliberal y neokeynessiana de la política, la economía, la cultura, sino que se también lo hacían dos visiones que nuestra izquierda nunca entenderán.
“Falo” significa “pene”, y según Wikipedia “en el psicoanálisis ha tomado una referencia simbólica, contraponiéndola al sentido estrictamente anatómico. El discurso acerca del falo y falocentrismo en la teoría de género parte en gran medida de una crítica de los conceptos psicoanalíticos, para proponer una elaboración acerca de los discursos androcéntricos de poder”. Dicho en criollo: el poder político pertenece al hombre y su símbolo es el falo. “Acá mando yo porque soy el que la tiene más larga, y las mujeres van a lavar los platos, porque son sirvientas cuya única función social es parir”.
Cristina se fue en la calabacita-carroza, pero no precisamente a lavar los platos, y eso saca de quicio a los machirulos. Fue a prepararse para volver.
Y volvió nomás.
La política macrista fue, en cuatro años, sencillamente fálica, machista, patriarcal. La principal característica, la insensibilidad social, la misma que tienen, en general, los padres que no lloran y que castigan al hijo rebelde cuando éste se porta mal, por contraposición a la madre, que ama a sus hijos no importan cómo sean. El amor de madre es incondicional, el del padre nunca, o casi nunca. Y así debe ser en la vida cotidiana, con los límites del caso. No en política, nunca.
Se iba, pero para volver, una mujer líder que había convertido a la salud, la educación, el comer todos los días, en un derecho; y empezaba el ciclo en que esas “cosas” se convertían en mercancías sólo para quien tiene plata. La meritocracia, alta expresión del machismo calvinista, si lo hay. La crueldad en su máxima expresión. “El Padre” enojado que vuelve a castigar a quienes adoraron a La Madre y hasta lo hicieron con alegría. Era lógico que así fuera, habida cuenta de que Macri proviene de la Ndranghetta, que es como se llama a la mafia en Calabria.
Los varones tenemos una predisposición a la crueldad para reafirmar el poder, las mujeres no tanto. Los varones somos, por eso, más egoístas. El altruismo es una virtud femenina. Los varones altruistas lo son porque “dejan ser” a su costado femenino.
Entonces … si Cristina no tiene pene, cómo ejercía su poder, cómo pudo retener el poder? Cómo pudo recuperarlo. La vaginocracia de Moria, entonces, es un poder distinto, cualitativamente distinto del poder patriarcal: sólo una mujer podía convertir en signos políticos frases como “la Patria es el otro”, “el amor vence al odio”.
Cristina nunca tuvo poder fálico, sino otro tipo de poder. Ella no le quitó el poder a nadie, sino que construyó el propio poder. Su compañero de toda la vida, el mismo Néstor, había tenido problemas, cuando asumió en 1973, para tomar el bastón de mando por el lado correcto, y entonces jugaba con él, lo daba vuelta con la mano, se reía. Se anunciaba que el nuevo poder iba a ser femenino, aunque el presidente fuera un varón.
A una mujer se le puede permitir llorar y hablar de “amor”, pero de allí a permitir que el amor se convierta en políticas públicas, ya es demasiado, no?. He aquí el “problema”. El problema para la derecha, pero también para la izquierda, como veremos al final.
El Innombrable y su séquito de obsecuentes nunca van a entender ésto, porque su psicología no va más allá de los consejos tontos de los libros de autoayuda, ese monumento al individualismo del self made man calvinista yanqui.
El gorilaje vernáculo (incluida la izquierda de origen tan europeo como la derecha) se lamenta de que “esta gente” (la grasa militante K) vuelve, se cierra el círculo. “Más de lo mismo, volvemos al pasado”. Pero desde una óptica más acorde con visión espiralada ascendente de la Historia, la cosa es distinta: vuelve la Cenicienta al punto de partida, no al comienzo del círculo, sino al mismo punto, pero en un nivel superior… la fórmula presidencial está siendo esperada, no sólo por el pueblo argentino, sino por todo el pueblo latinoamericano, porque sólo el peronismo puede convertir al país en potencia líder regional, como damos a entender en : http://piramideinformativa.com/2019/10/hay-mas-latinoamericanos-que-argentinos-conscientes-de-la-importancia-estrategica-de-nuestro-pais-por-carlos-benedetto/ . Los sucesos bolivianos de este fin de semana serán una pesadilla pasajera, y véase que allí fueron las mujeres las más maltratadas por el ejército de ocupación.
El no pueblo. De derecha o de izquierda, da lo mismo, por ser de origen europeo, sin raíces en la historia popular local. Seguirá viendo el árbol, y el árbol le seguirá impidiendo ver el bosque.
No es casualidad ni capricho que el machirulismo explícito de la derecha haya quitado de su lugar el monumento a Juana Azurduy y haya apagado la iluminación de la silueta de Eva Perón en el Ministerio de Obras Públicas en la Avenida 9 de Julio en la CABA.
El mensaje es claro: al igual que los científicos, las mujeres deben ir a lavar los platos. Una mujer pública no es una mujer de estado, es una puta. Punto.
Cristina ironizó aquel día, pero su ironía encerraba reflexiones burlonas sobre los que la estaban echando. Y estaba anunciando la transitoriedad de esta pesadilla que duró cuatro años. Y ahora que volvió, qué dirán los príncipes azules? Dónde se meterá Macri el bastón de mando que no quiso recibir de una mujer?. Ya sé, ya sé, no me digan nada. No se deben escribir malas palabras.
El Europeo de Herman Hesse (https://sinpelos2011.wordpress.com/2013/12/05/el-europeo/) es toda una alegoría sobre el machismo infecundo, comparado con las culturas del tercer mundo, donde hombre y mujer son distintos pero complementarios, y donde la razón se equipara o subordina a los sentimientos, a lo divino, a las emociones y al respeto a la naturaleza.
Escrito hace 102 años, ese cuento de Hesse es bueno releerlo cada tanto, para comprender por qué la política en el Tercer Mundo no puede, no debe, medirse en términos racionales, machistas y especulativos. Allí se relata cuáles son las consecuencias: la disociación social e individual, el caos, la guerra, la destrucción. El náufrago de esa fabula, lamentablemente, en la realidad histórica sí tenía, tiene, pareja y siguió, sigue, reproduciéndose: pero como Noé lo dice al final, es estéril, infecundo.
El macrismo fue un fracaso, y la izquierda también, porque no pudo construir una alternativa, porque no lo es desde el nacimiento. Ambos lo seguirán siendo. Nada que no se enraice en el pueblo concreto y sus SENTIMIENTOS, nada es posible.
Hace un par de meses la antropóloga Rita Segato dio una conferencia en la feria del Libro de Neuquén, en la que estuve. La disertante enfatizó el carácter pragmatista de la inteligencia femenina y remarcó la revolución que mundialmente están haciendo las mujeres en la cultura, y sobre todo la importancia que la Argentina tiene en esto. Y habló de las mujeres argentinas, que no empezaron reclamando por ideologías, sino por las vidas de sus hijos, hace 40 y pico de años. Pone a Madres y Abuelas a la vanguardia de este movimiento mundial.
La izquierda no entiende esto: las Madres “no deberían” ser kirchneristas, según alguna vez escuchamos de un amigo trotskista con quien discutíamos de política.
Segato también advierte que el patriarcalismo no es patrimonio exclusivo de los hombres, y que hay mujeres patriarcales; puso el caso de Margaret Thatcher, introductoria de las crueles e insensibles prácticas neoliberales en el mundo. Quizás le faltó agregar a Angela Merkel, o Christine Lagarde, o Patricia Bulrich Luro Puyerredón o Lilita Carrió, como ejemplo de personas a quienes no les alcanza “lo genital” para ser mujeres; es más, se afean y ocultan tal genitalidad. Una suerte de femineidad vergonzante…???
La pregunta es hasta qué punto la izquierda quedó atrapada en esa visión fálica del mundo y de la política, en esa visión “analítica-dicotomizante” y reniega de toda visión comprensiva, contenedora, arropadora, uterina en sentido simbólico. Una izquierda que marcha frente a la embajada de Brasil en apoyo a Dilma Roussef, pero paralelamente desprecia a Cristina y a su hija Florencia, ésta última también feminista. Una izquierda que acepta, A REGAÑADIENTES, que Macri es el enemigo principal, pero al mismo tiempo define al kirchnerismo como “el enemigo agazapado”, sin tener en cuenta que no cuenta con votos suficiente como para juzgar a las mayorías populares. Pero lo seguirán haciendo.
Al menos Del Caño tuvo la decencia de reconocer la derrota en las elecciones, pero aparentemente nadie le contó que el derrotado no fue él, sino Macri. Quizás lo suyo fue un acto fallido, un reconocimiento tácito de que Macri y él son lo mismo.
Ya el Pollo Sobrero está anunciando lo de siempre: nuevos descarrilamientos de trenes para desestabilizar al gobierno de Alberto. No lo dice con esas palabras, pero a juzgar por sus declaraciones post-elecciones ya está anunciado que el FIT seguirá trabajando a todo vapor para que la derecha vuelva en 2023.
Ya lo están haciendo: corren rumores bien fundados de que Gerardo Morales, el gobernador gorila de Jujuy, radical traidor a su propia historia y encarcelador de Milagro Sala, ayudó al golpe de estado en Bolivia, donde el jefe golpista lleva por apodo “El Macho”. Nada es casual.
La izquierda unida que siempre se desune
Como botón de muestra, y luego de soportar críticas al kirchnerismo opositor durante cuatro años, ahora al Partido Obrero no se le ocurrió nada mejor que tirar un viejo por la ventana: José Saúl Wermus, o sea Jorge Altamira vergonzante Wermus, nacido diez años y un día antes que el autor de estas líneas, fundador del Partido Obrero, pero que nunca leyó a Jorge Abelardo Ramos ni a Ernesto Laclau. Mucho Menos a Trotsky, de quien se supone heredero. Si los leyó, no los entendió.
Así son las cosas: la pendejada del PO echó al viejo del partido que él mismo fundó https://www.infobae.com/politica/2019/07/01/jorge-altamira-fue-expulsado-del-partido-obrero-y-abrio-una-crisis-interna/.
Pero lo notable es que este hecho ocurre durante una campaña vital como fue la 2019, y luego que la izquierda decidiera ir desunida. Manuela Castañeira (discípula de Vilma Ripoll, la misma que compartió los cortes de ruta de la Sociedad Rural en 2008), quedó afuera luego de las PASO. Idem Miriam Bregman, Pero antes lo echaron a Altamira del PO y del FIT. Digo, a estos chicos les sobra gente que andan echando a todo el mundo y encima se pelean con la clase obrera peronista?. Néstor Pitrola (otro abonado de TN como Ripoll y Sobrero) ahora es el mandamás del PO.
700 militantes dicen apoyar a Altamira y reclamar que los “recursos financieros de campaña” sean mejor administrados…. Ahhhh… por ahí cantaba Garay. Poderoso Caballero es Don Dinero. Pero por encima de eso, así como una fracción del FIT se reúne, en Mendoza, en el Barrio Dalvian, acá parece que está claro que la política “popular” de esta izquierda se maneja con los mismos criterios de construcción de poder de la derecha.
En la nota se denuncian “expulsiones y sanciones a militantes, sustracción de computadoras, materiales, objetos de valor y hasta quite de la administración de páginas de Facebook de las regionales del partido”. O sea que no les alcanzó con cagarle la vida a Kristina cuando era oficialismo y luego oposición, sino que ahora se están matando entre ellos. Sólo los une un pañuelo verde, cuyo verdadero significado ignoran, definitivamente. Y por lo que sigue, veremos que la cuestión femenina está presente en esta crisis ideológica de la izquierda:
«En las elecciones del domingo en Córdoba, el Frente de Izquierda ha sufrido un desplome de votos que debe merecer la mayor atención. Ha descendido un 40% respecto a 2015, lo que reduce su representación provincial de tres legisladores a uno. El 3% de los sufragios que ha obtenido, en promedio, se encuentra muy lejos del 9% de 2013, en una elección mucho más difícil porque era nacional», señaló el histórico dirigente desde un posteo de Facebook. Ese texto, además, cuestionaba la campaña feminista de la coalición -a la que definió como «moda»- y el lenguaje inclusivo, por no dar cuenta de las «fronteras de clase». El mensaje generó un fuerte malestar en la tendencia mayoritaria del Partido Obrero. (transcripto del artículo linkeado)
Dicho en criollo: Altamira se dio cuenta de que el feminismo resultó ser un curro oportunista (como a nuestro criterio lo es el ambientalismo extremo) dado que la izquierda no consiguió. La cuestión clasista, el problema del rol que cumplen los asalariados en la economía, es un terreno en el cual hay una hegemonía cultural peronista. Allí la izquierda tuvo que, o bien unirse a ese peronismo, o bien cambiar de rubro. El trotskismo no debatió el tema hasta que apareció Altamira, y por eso, cual fundamentalistas de la nada, lo expulsaron.
Pero hete aquí que el feminismo también tiene dueño: Cristina. Aunque ella no se declare tal, es la demostración clara de que hay una nueva forma de hacer política, no necesariamente fálica, machista, cruel, insensible. “Los nuevos horizontes” de la izquierda ya no son la dictadura del proletariado ni el socialismo, sino otros, más amplios, más profundos. En el feminismo, también llegaron tarde. Ya Eva Perón había marcado el rumbo y Cristina lo reafirmaría décadas después. La “vaginocracia” reivindicada por Moria Casán, existía desde antes que ellos nacieran.
El feminismo de “izquierda” no protestó por haberse mancillado la memoria de la Generala Juana Azurduy ni la memoria de la abanderada de los trabajadores María Eva Duarte. Eso lo ubica, junto al machirulismo de ultraderecha, en una suerte de “Nueva Unión Democrática”, no unidos por el amor entre sí, sino por el odio al pueblo.
El lenguaje inclusivo como una moda cultura que oculta la grieta de clases… Bien ahí….. ahora se entiende por qué entonces lo echaron a Altamira. En resumen: la izquierda macrista siempre fue clasista. Pero estos muchachos han inventado que las grietas son otras, sin enterarse de que ya otros lo habían dicho antes. Uno de esos otros temas es el ambientalismo, donde nos encontramos con militantes ambientalistas como los mencionados al principio de esta nota, que se niegan a leer LAUDATO SI, “porque eso viene de la Iglesia y yo soy ateo”. Tampoco en eso van a llegar lejos.
Carlos Benedetto
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