San Rafael, Mendoza jueves 25 de abril de 2024

La enfermedad de la belleza – Por:.Beatriz Genchi

Es habitual experimentar ciertas sensaciones cuando tenemos delante un estímulo que las motivaSin embargo, existen personas con una gran sensibilidad a estos estímulos, y reaccionan de manera excepcional ante las emociones que despierta una obra de arte, un paisaje o una película.

El síndrome de Stendhal – también denominado Síndrome de Florencia o “estrés del viajero” – es una enfermedad psicosomática que causa un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión, temblor, palpitaciones, depresiones e incluso alucinaciones cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando éstas son particularmente bellas o están expuestas en gran número en un mismo lugar.

Más allá de su incidencia clínica como enfermedad psicosomática, se ha convertido en un referente de la reacción romántica ante la acumulación de belleza y la exuberancia del goce artístico. Se denomina así por el famoso autor francés del siglo XIX Stendhal (seudónimo de Henri-Marie Beyle), quien dio una primera descripción detallada del fenómeno que experimentó personalmente en 1817 en su visita a la Basílica de la Santa Croce en Florencia, Italia, y que publicó en su libro Nápoles y Florencia: Un viaje de Milán a Reggio: “Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme”.

Resulta innegable que algunas expresiones artísticas nos despiertan emociones: el erizarse el vello escuchando una canción o que corran las lágrimas viendo una película romántica, son reacciones que todas las personas han experimentado.

Sin embargo, el Síndrome de Stendhal refiere a la experimentación de sensaciones muy intensas delante de una pieza artística, normalmente debido a su belleza.

Hoy en día, gran parte de los psicólogos clínicos reconocen el trastorno como verdadero, pero existe cierta controversia al respecto. Después de su acuñación a finales de los años 70, en un momento histórico en que la mundialización conllevó un aumento de viajeros a escala global y a Florencia en concreto, la cantidad de casos reportados aumentaron de forma considerable y por ello que  fuera conocido también como “Síndrome de Florencia”.

Por este motivo que una parte de la comunidad científica califican que la excesiva divulgación del síndrome podría estar motivada por intereses económicos por parte de la propia ciudad de Florencia, para aumentar la reputación de la belleza de sus monumentos artísticos, con el fin de atraer a un número aún mayor de visitantes.

Asimismo, el interés que despierta el síndrome de abre ciertos interrogantes, como el de reflexionar si no estamos abonando el terreno y aumentando la predisposición a experimentar este tipo de sensaciones descritas por Stendhal movidos por un profundo estado de sugestión.

En realidad eso no es lo importante. Los sentimientos, las emociones que generamos en determinados momentos de nuestras vidas en relación a la belleza, sí que lo son, y mucho. Pueden llegar a ser muy importantes porque esos momentos de éxtasis pueden modificar nuestra conducta, nuestra forma de percibir la realidad para el resto de nuestras vidas. Nos pueden cambiar, pueden hacernos mucho mejores. Son momentos que nunca nos dejarán indiferentes. Habrá un antes y un después entonces para que privarnos?

Gentileza:.Beatriz Genchi- beagenchi@hotmail.com

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

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