San Rafael, Mendoza martes 23 de abril de 2024

Si hubiera un Santo Prepucio- Por: Beatriz Genchi

Para los católicos existen objetos de veneración denominados reliquias, un término que generalmente abarca partes corporales de aquellos individuos que alcanzaron la santidad. Sin embargo, también hay artículos o ropas de estos, que se consideran reliquias. Si te parece difícil de asimilar, imagina la cantidad de seguidores (y dinero) que atraería la cabeza conservada de Michael Jackson para un establecimiento musical o la mano de Charles Darwin en un museo de biología. Con la fe sucede algo similar, aunque muchas reliquias parezcan sumamente extrañas.
Una de las reliquias más extrañas del cristianismo es el prepucio de Cristo, el hijo de Dios… algo que no necesita mayor explicación. En el Nuevo Testamento se incluyó un pasaje sobre la circuncisión de Jesús, pero la historia sobre lo que realmente sucedió a ese fragmento de piel hoy se considera un texto apócrifo. Para no hacer la historia muy larga, basta con saber que tantos años después, supuestamente el prepucio es conservado en aceite en un contenedor especial de alabastro.

De acuerdo con la leyenda, San Juan Bautista le dio el prepucio a María Magdalena. Como el prepucio estaba separado del cuerpo de Cristo en el momento de su ascensión al cielo, surge la cuestión de si ascendió también a los cielos o no. Y si fuera así, significaría que el prepucio de Jesús sería uno de los pocos restos físicos que Jesús dejó en la tierra – aunque la costumbre judía de enterrar el prepucio parece contradecir esta interpretación, ya que no se podría haber preservado.

Pero, contrario a lo que sugiere la lógica, no sólo afirman que existe un prepucio de Jesús. Y es que cuando hablamos de reliquias religiosas, es algo muy común que existan varias versiones de una misma cosa. Tan sólo en Europa, casi una veintena de iglesias han reclamado la pertenencia de santos prepucios desde la Edad Media. Y a cada uno de estos fragmentos de piel se le atribuyen poderes milagrosos.

Uno de los santos prepucios más famosos fue el que se robaron durante el saqueo de Roma en 1527. El ladrón fue capturado y llevado a prisión, pero este soldado se las arregló para ocultar el contenedor de alabastro primero en su persona, ni preguntemos donde y después en su celda. Existía el rumor de que el hurto del santo prepucio generó una serie de tormentas inusuales y la aparición de una extraña niebla perfumada que se posó sobre las ciudades cercanas.

Pese al gran número de santos prepucios reportados a lo largo de la historia, la mayoría (por no decir todos) están perdidos. La última ocasión en que se observó uno fue en el año de 1983, fecha en que se exhibió durante la Fiesta de la Circuncisión, aunque poco después sería robado.

Si a alguien le interesa buscarlo…pueden empezar el derrotero.
La abadía de Charroux reivindicó poseer el Santo Prepucio durante la Edad Media. Se dijo que había sido regalado a los monjes por Carlomagno, del que a su vez se dice que aseguró que un ángel se lo había. A principios del siglo XII, se llevó en procesión a Roma, donde le fue presentado al Papa Inocencio III, al que se le pidió que asegurase su autenticidad. El Papa rechazó la propuesta. En algún momento indeterminado la reliquia se perdió y permaneció perdida hasta 1856, cuando un obrero que efectuaba labores de mantenimiento en la abadía aseguró haber encontrado un relicario oculto dentro de una pared, que contenía el prepucio perdido.

La abadía de Coulombs, en la diócesis de Chartres también reivindicó en la Edad Media estar en poder del Santo Prepucio. Una leyenda dice que cuando Catalina de Valoisse quedó embarazada en 1421, su marido, Enrique V de Inglaterra, mandó buscar el Santo Prepucio. De acuerdo con esta leyenda, la reliquia funcionó tan bien que Enrique V no quiso devolverla tras el nacimiento del niño (el que sería más tarde Enrique VI de Inglaterra).

Otros lugares en los que se ha asegurado que se encontraba el Santo Prepucio son la Basílica de San Juan de Letrán de Roma, la catedral de Le Puy-en-Velay, la de Santiago de Compostela, la ciudad de Amberes. El escritor renacentista Alfonso de Valdés afirma haber visto personalmente la reliquia «en Roma y en Burgos, y también en Nuestra Señora de Amberes». Se ha señalado que tras las Cruzadas circulaban por Europa hasta 14 reliquias identificadas como tal.

Gentileza: Beatriz Genchi – beagenchi@hotmail.com

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

 

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