San Rafael, Mendoza jueves 28 de marzo de 2024

La fruticultura y la producción popular: Economía adicional para San Rafael.

En el departamento se generó una diversidad en la producción agrícola, gracias a que desde principios de siglo XX,  fue recibiendo diferentes aportes traída por las corrientes migratorias. Ellas trajeron sus capitales y experiencias para aplicarlos a la actividad productora, sumando al mismo tiempo su trabajo al de la población local. De esta forma se van a ir prolongando las plantaciones de frutales con fines industriales. A partir de este proceso se fueron creando emprendimientos industriales de forma rudimentaria en algunos casos y en otros más complejos.

Las corrientes migratorias que llegaron a San Rafael provenían de países europeos como Francia, España o Italia y además de países de Medio Oriente como Siria o el Líbano. En estas regiones los principales cultivos agrícolas eran los de frutas de carozo (ciruela, damasco, durazno), frutas de pepita (manzana, pera, membrillo), frutos secos (almendra, nueces), vid y olivos. Es por esta circunstancia que los inmigrantes implantaron estas especies agrícolas en el Sur de Mendoza, ya que se adecuaban al tipo de suelo y clima preponderante.

Con respecto a la diversidad de cultivos agrícolas indicamos que en la década de 1920 la actividad agrícola alcanzó una preponderancia extraordinaria en San Rafael respecto al resto de la provincia de Mendoza. Muy significativas eran las plantaciones de vid, alfalfa y frutales. Esto inspiró a Augusto Marcó del Pont, a indicar en 1928 en su libro “San Rafael, región del Porvenir” que el departamento poseía 80.000 hectáreas cultivadas, siendo las principales variedades: alfalfa 44.000; viña, 14.000; maíz, 12.000; patata, 1.500; cebada, 1.250 y durazneros 1.200. Esta situación posibilitó la diversificación de la agricultura, en tanto que a la vitivinicultura como principal actividad también se sumaba y crecía paralelamente la fruticultura y la olivicultura.

Esta actividad en el transcurso del siglo empieza a convertir en agro industrias, es decir en un tipo de  actividad económica que comprende la producción, industrialización y comercialización de productos agrarios. Esta rama de la industria se la categoriza como de origen alimentaria.

En perspectiva retrospectiva indicamos que en Mendoza, de acuerdo con el censo productivo del año 2010, expresa que la superficie promedio de las propiedades dedicadas al cultivo de duraznos para industria es de 4,3 ha. Marcando aquí algunas diferencias importantes en los Oasis, en el Sur la superficie promedio es de 2ha contra 17ha del Valle de Uco.

Respecto a la capacidad productiva de las plantas industriales, indicamos que en Mendoza cuenta con una sola planta que puede procesar más de 20.000t de duraznos enlatados. En este sentido mostramos que solo dos plantas consiguen producción más de 30.000t de fruta entre enlatado y pulpa. Las plantas instaladas en Gral. Alvear y San Rafael tienen una capacidad de procesamiento del 40% del total. En tanto en el Valle de Uco se cosecha el 55% de la fruta de la provincia, con apenas el 40% del total de hectáreas implantadas.

Esta circunstancia enmarcada en contraste histórico, en la que se ha intentado demostrar las diferencias entre las políticas de un tiempo y otro. Notando como ha sido el devenir de la producción primaria en el departamento respecto a lo que enunciábamos al principio, en comparación al Censo productivo del año 2010.

Habiendo evidenciado esto, estableceremos desde Ocupémonos que planificar un departamento en donde se cuenta con un municipio presente en su producción tanto primaria como industrial, debe articular toda su capacidad para efectuarlo. En esto pensamos cuando hablamos de un Estado transformador.

Para lograr acceder a un Estado transformador se deberían concebir soluciones simples, en donde se organice a la sociedad para que produzca sus propios bienes en conjunto. Este tipo de Estado debe promover un nuevo contrato social. Este deberá cambiar los derechos sociales, económicos e incluso políticos. De esta manera, pondrá en vigencia formas de producción de bienes y servicios en la cual los trabajadores no vendan su trabajo como una mercancía. En donde se desarrollen cadenas de valor en las cuales cada segmento realice una transacción de su aporte al valor agregado final, tal que ninguna de las dos partes, ni comprador ni vendedor se apropien del valor agregado. Comprendiendo esto como ámbitos de Producción Popular.

Con esta propuesta pretendemos desde Ocupémonos, presentar reglas básicas de algo que no existe y que podría existir. Es decir, lo que se pretende hacer es construir un futuro con nuevas ideas. Entonces cada sanrafaelino/a podrá aportar su conocimiento en una tarea específica u especialidad para engrandecer el futuro de su pueblo. Bajo los postulados de Economía Adicional: en donde se plantea  que la iniciativa del Estado puede generar herramientas que impulsen la vinculación entre el sistema científico y el ámbito de la producción y propone un nuevo tipo de relación entre la Universidad y los sectores vulnerables. En tanto parafraseando a Alejandro Magno, “quien dijera alguna vez que de pequeños principios resultan los grandes fines, haremos de esta utopía una realidad”. ¡Nada es poco, nunca es tarde!

Para consultar y ampliar el debate: ocupemonossanrafael@gmail.com

Tierra para trabajar.                             Tecnología para producir.                            Capital para desarrollar.

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