Al menos 300 personas eligieron la tarde del domingo para asistir a la obra escrita por la genial escritora, denominada “Yo, el espejo africano”.

El homenaje a la genial escritora mendocina Liliana Bodoc, se plasmó de lleno en la obra teatral de su autoría, “Yo, el espejo africano”, en la tercera jornada de la edición 2018 de la Feria del Libro de Mendoza. Es que, por la tarde, al menos 300 personas coparon las instalaciones de la sala Armando Tejada Gómez.

Galileo Bodoc, actor, director e hijo de la escritora Liliana Bodoc, llegó a Le Parc, en compañía del grupo Tres Gatos Locos, para poner en escena uno de los escritos más leídos de Liliana. Es la producción más reciente del grupo que, en coproducción con la Comedia de Buenos Aires, llega a Mendoza.

Al ser una obra popular el público siente identidad con el libro y se encarga de buscar las similitudes de la novela con la obra, “Es una historia difícil, pese a la temática que tiene sobre la esclavitud, da un final esperanzador y positivo, además, gracias a los actores y su profesionalismo, hay algunos tintes de humor que oxigena el ambiente”, destaca Galileo.

El éxito que la escritora alcanzó siempre fue gracias al trabajo y corazón que ella impregnaba en lo que hacía “ella era una militante del amor, constante, consecuente y coherente, no tenía posturas, hablaba con todos sin discriminación o distinción, ella quebró la literatura argentina y latinoamericana en dos y ante todo fue un gran ser humano”, agregó.

El director, feliz por este homenaje que se le está haciendo a su madre, pese a que ella ya no está presente, sigue viva en todo aquel que lee sus obras y quien se identifica con ella; nos habla sobre la bondad del corazón, amar la vida y las personas que nos rodean, valorar esos momentos que tenemos y agradeció este espacio dedicado a Liliana y su vida.

La obra se presentará nuevamente este martes a las 9.30 y 15.30, en un horario especialmente para colegios, pero está abierta para todo público.

La historia pone en foco la cruda vida de una esclava de origen africano, que en el marco de la lucha independentista que afrontaba el Ejército encabezado por el General José de San Martín, logra su libertad y transmite el valor por ella a su descendencia. Justamente, un espejo con un ancestral pasado, es el testigo indiscutible de las diversas secuencias que a lo largo de la trama se van contando.

 La conformación del ejército y su posterior partida desde Mendoza hacia Chile, en 1816, la figura de José de San Martín y la inquebrantable lucha en contra de la esclavitud fueron así, los ejes de un relato lleno de emoción y enseñanzas de vida.