San Rafael, Mendoza 20 de abril de 2024

Tevez como eje del juego de Boca, la estrategia del Mellizo para energizar a un delantero apagado

El delantero pasó de poner en duda su continuidad a convertirse en el capitán del equipo; los métodos de Barros Schelotto para hacerlo sentir importante. 

 «No sigo. Me voy a dedicar a jugar al golf profesionalmente», dijo Carlos Tevez apenas iniciada la imprevista conferencia de prensa de ayer en el complejo Pedro Pompilio, con una seriedad que no pudo mantener por mucho tiempo.

«¿En serio Carlitos?», lo interrumpió un cronista, preocupado.

«¡No! ¡Es joda!», remató el Apache, otra vez con esa sonrisa marca registrada en su rostro. Y agregó: «Si ustedes se hacen la novela siempre.».

Con esos 30 segundos, Tevez desactivó por completo el clima enrarecido que se había vivido desde temprano en el complejo Pedro Pompilio, más por rumores que por datos concretos, sobre la posible desvinculación del ídolo.

El semblante del Apache era otro. Muy diferente al que había exhibido en la Bombonera once días antes, cuando la inesperada derrota ante Independiente del Valle postergó el sueño de levantar la séptima Copa Libertadores e incluso provocó que saliera por una puerta del vestuario alternativa, sin tener contacto con los medios. En un puñado de días Carlos Tevez pasó de poner en duda su continuidad a convertirse en el único referente de peso que tendrá Boca de ahora en más.

Tras la charla que mantuvo con Guillermo Barros Schelotto el lunes de la semana pasada, en la que el entrenador le comunicó que será el nuevo capitán del equipo, el delantero supo que volvería a tener la influencia que supo disfrutar desde su retorno, en julio de 2015.

Afuera Daniel Díaz, que seguirá su carrera en el Getafe español, y Agustín Orion, aún negociando su inminente salida, Tevez se erige como único referente del plantel xeneize. Incluso varios escalones por encima de Fernando Gago, el otro hombre con voz de mando puertas adentro.

El silencio del Apache y la posibilidad de que anunciase por estos días su retiro anticipado del fútbol profesional terminó por alertar a la dirigencia de Boca. Por eso fue que el presidente Daniel Angelici le aceptó el último miércoles el pedido de licencia por 72 horas, algo que por conveniencia también debió acatar el cuerpo técnico, a pesar de producirse en medio del maremoto emocional que azotó al plantel del club de la Ribera tras la inesperada eliminación copera. Tevez se mostró golpeado, muy contrariado con su bajo nivel futbolístico y con ganas de replantearse muchas cosas. Era fundamental que su cabeza se tomara un recreo, y así evitar decisiones apresuradas, como hubiera sido abandonar el fútbol.

Tras el permiso especial, el Apache fue el primero en llegar ayer al complejo Pedro Pompilio para la primera práctica semanal de Boca. Lo hizo a las 7.30, dos horas antes del inicio de las actividades, como para echar por tierra desde bien temprano cualquier rumor.

Trabajó a la par del grupo con buen ánimo, aún cuando la exigente rutina planeada por el profesor Javier Valdecantos no dio respiro. Incluso, luego del entrenamiento caminó los 50 metros rumbo a los vestuarios de la cancha principal junto a Guillermo, con quien dialogó y hasta se permitió intercambiar sonrisas a la vista de las cámaras. Otra señal clara de que su continuidad en el club no corre riesgo (al menos hasta fin de año).

«Es obvio que sigo. Mucho de lo que se generó después del partido fue una novela. Suele pasar en el mundo Boca. Sé cómo es. Yo firmé por tres años y nunca dudo de lo que firmo. Tengo amor por esta camiseta. Hay que pensar lo mejor para el club», aseguró el Apache, que también dijo haber rechazado ofertas y ratificó que no piensa en otro club: «Mi idea es retirarme en Boca, vaya como le vaya al club. Uno es referente, sabe que los chicos lo miran, y debo estar bien para eso».

En relación a la eliminación ante Independiente del Valle, Tevez reconoció: «Fue un golpe muy duro. Para el hincha, para el jugador, para todos. Cada uno lo toma como puede. Levantar la séptima Libertadores era la ilusión que todos teníamos. No se dio y ahora hay que entrenarse para hacer el mejor semestre, y enfocarnos en el próximo objetivo que es ganar la Copa Argentina.»

El delantero no eludió referirse al bajo rendimiento que exhibió en 2016. «Estoy enojado conmigo. Había mucha gente que esperaba mucho de mí y uno no pudo responder. Ahí empieza la autocrítica, que es la más dura de todas.»

Lo cierto es que Tevez recuperó energías al ver que será el eje del nuevo Boca. Los mimos que recibe también se notan en otros aspectos. Por un lado, el nuevo sistema que probaron los Barros Schelotto en el amistoso del último sábado frente a Danubio (4-2-3-1) puede potenciar al ídolo. Bien rodeado en ese tridente creativo (seguramente junto a Pavón, por derecha, y Zuqui más retrasado) y con Benedetto como centro delantero, Tevez se ubicará detrás del N° 9 en una posición que suele preferir y en la que podrá desarrollar mejor su explosión de tres cuartos de cancha en adelante. Dejará de ser el referente de área como sucedió en los últimos meses.

Además, se reflotó la posibilidad de que su amigo Fernando Tobio vuelva al club, algo que hasta hace una semana era algo descabellado.

A su manera, Tevez reclamó volver a ser el centro de la escena y lo logró. Ahora estará en sus manos, o en sus pies, evidenciarlo en el campo de juego y ser el hombre desequilibrante que condujo a Boca a dos vueltas olímpicas en cuatro días, a fines de 2015.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1921775-tevez-como-eje-del-juego-de-boca-la-estrategia-del-mellizo-para-energizar-a-un-delantero-apagado
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