La gran novedad es que en las próximas horas llegaría a Mendoza el operador nacional y líder del sector azul del peronismo Juan Carlos Mazzón y que habría nuevas cumbres para fijar un destino electoral para las generales de octubre.

Un dato que no pareció llamar la atención es la ausencia de dirigentes vinculados a los espacios kirchneristas no peronistas que participan del Frente para la Victoria. La cumbre de ayer fue un encuentro de lo más rancio del peronismo tradicional mendocino.

El resultado electoral del 11 de agosto y la campaña de cara a las elecciones generales del 27 de octubre que se vienen, dominan la escena política local. Y el encuentro de todos los protagonistas del peronismo vernáculo estaba en la agenda de todos.

Así es que en la soleada mañana de ayer, el gobernador Francisco Pérez, el vice Carlos Ciurca, doce de los 13 intendentes del PJ (sólo estuvo ausente con aviso el alvearense Juan Carlos De Paolo), y el ministro de Gobierno, Félix González y el coordinador del gabinete Eduardo Bauzá, se juntaron con los dos candidatos a diputados nacionales en Tierras del Plata, un lugar ya icónico de la gestión Pérez.

Después de más de tres horas de encierro, salieron al encuentro de la prensa y los rostros denotaban la dureza del golpe recibido. Sólo algunos se permitieron alguna broma. Pero ni la bella tranquilidad de Vistalba logró borrar la generalizada expresión adusta.

Y después de tres horas no había mucha definición que dar. El vocero del encuentro fue Abraham, quien explicó que esta cumbre fue la primera, en la que se analizó lo que pasó en cada municipio, pero que «todavía no hay una estrategia fijada. En los próximos días vamos a ir fijando las estrategias, para comenzar la campaña el 22 septiembre como indica la ley».

Abraham volvió a indicar que «ha habido un mensaje de la ciudadanía. Hay cosas que corregir» en la marcha de los gobiernos nacional, provincial y municipal.

Otra definición que Abraham volvió a dar tajantemente fue que «no se va a desdoblar en ningún municipio (gobernado por el PJ). El Frente para la Victoria es un bloque homogéneo, somos todos parte de los resultados y creemos en las construcciones colectivas».

Más allá de eso, nada definido. Nada concreto, salvo el gesto en los rostros y el anuncio de la visita de Mazzón. «Puede que venga mañana (por hoy) o el miércoles» decía el intendente de Maipú, Alejandro Bermejo. No está confirmada la fecha de llegada, lo que sí es seguro que en el transcurso de la semana que vendrá habrá otra cumbre, tal vez menos extensa que la de ayer, pero Mazzón vendrá para sumarse a la catarsis grupal del peronismo y la definición de un rumbo para acortar la brecha de casi 17 puntos de ventaja que obtuvo el radicalismo en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias.

No se sabe si la presidenta Cristina Fernández o si el gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli vendrán a la provincia, para acompañar a los candidatos. A la luz de los resultados del domingo de la semana pasada, esa visita no es lo que más desean los protagonistas de la cumbre de ayer.

En realidad esas visitas van a contramano de las banderas que empiezan a agitar los peronistas mendocinos. Bajo el sol del mediodía de ayer, Abraham volvió a insistir en la necesidad de que los intendentes asuman protagonismo en la campaña, quizá los únicos dirigentes con buena imagen como para traccionar a los candidatos del PJ a diputados nacionales, legisladores provinciales y concejales.

Sacar al peronismo a la calle, golpear puertas y tratar de que el golpe sea menos duro en octubre es la consigna y la esperanza está puesta en el liderazgo territorial de los intendentes. La pregunta es cómo evitar que los temas nacionales se cuelen en la campaña: cómo lograr que los intendentes disimulen la inflación, el cepo cambiario y las constantes denuncias de corrupción en el Gobierno nacional, sumados a la «sensación» de inseguridad. Y parece que es jugada difícil para el PJ.