San Rafael, Mendoza viernes 26 de abril de 2024

«Iglesias está dando una batalla de dignidad»

El diputado de la Nación por el Frente para la Victoria aseguró que en los inicios de la gestión de Paco Pérez tuvo dudas y miedos acerca de cómo iba a administrar el aumento de los empleados públicos.
(Foto Pachy Reynoso/MDZ)

Omar Félix es actualmente diputado nacional e integra la lista del Frente de la Victoria para renovar su crédito en el Congreso. Fue concejal, senador provincial e intendente de San Rafael. Nunca se llevó bien con el ex gobernador Celso Jaque, dijo que Julio Cobos tuvo una oportunidad histórica y no estuvo a la altura de la circunstancia. Se confesó amigo de Ciurca, a quien considera una gran dirigente.

Y, aseguró que quiere volver a ser diputado nacional porque su primera etapa «estuvo focalizada en esas leyes que iban a la nación. Ahora creo que viene una etapa distinta que tiene que ver con las leyes que se necesitan para que haya más desarrollo en el interior».

En el café de un hotel céntrico recibió al equipo de MDZ y dialogó sobre su vida personal y sus objetivos como político.

-¿Qué recuerdos tiene de su infancia?

-Hasta los 10 años viví en Rama Caída. Fue una infancia tranquila, como es la vida en los distritos. Mi padre tenía fincas y un almacén de ramos generales que había heredado de mi abuelo. A los 10 años nos fuimos a vivir a la ciudad de San Rafael, pero mi infancia fue tranquila y feliz.

-¿A qué jugaban con su hermano Emir, intendente de San Rafael?

-Cuando vivíamos en Rama Caída había más libertad y más contacto con el campo. Cuando nos mudamos a la ciudad tuvimos muchos amigos y fue la época en la que hicimos mucho deporte. Cambió la realidad. Recuerdo que vivíamos en Pellegrini y Chile, prácticamente pleno centro, a una cuadra de la plaza San Martín y en la esquina estaba el Banco de Previsión Social que tenía una playita de estacionamiento y era nuestro lugar para jugar al fútbol. Después empecé a practicar rugby. Este deporte me dio muchos amigos que hoy conservo.

-¿Cuándo empezaron a militar?

-Eso es difícil de definir. Mi padre fue militante del peronismo mucho antes de que yo naciera. En el ’63, fue concejal y en el ’73 fue electo intendente, así que la política era parte de la actividad familiar. Durante la infancia, en la década del ’60 y 70, conviví con las actividades de la resistencia peronista. Para entonces, mi papá era el secretario general del partido y varias veces terminó preso. Tengo el recuerdo de que éramos muy chicos y mi madre nos llevaba a mi hermano y a mi a verlo a donde estaba detenido. Era una época en la que todo se hacía en la clandestinidad porque no existía la libertad que tenemos hoy. Tengo en mi  memoria cómo se organizaban las actividades políticas en la clandestinidad. Una vez se hizo una reunión en Las Heras, yo era muy chico y para llegar se hacía con claves: en diferentes esquinas te daban los papelitos con las claves. La reunión era con (Jorge) Paladino, delegado personal de Perón. Y acá en Mendoza, el coronel Farmache era el delegado. Te hablo del año ’67 o ’68. Fue una época dura y eso nos fue marcando y formando. Con el retorno de la democracia, en el ’83, ya tenía 23 años, estaba en la JP y la militancia se fue dando de manera natural.

 

 
-¿Sus hijos siguen sus pasos?

-Mi hijo mayor Yamil Omar tiene 18 años y mi segundo hijo Nicolás Yair tiene 15. También tengo una nena de 9 años que se llama Sofía Marien. Pero mi hijo mayor recién se empieza a interesar por la actividad, pero no tanto como nos interesábamos nosotros en aquella época. Quizás el haber vivido en dictadura y la necesidad de libertad nos hacía tener más interés. Hoy se vive otra etapa, no quiero decir que no tengan el interés nuestro, pero la necesidad no es la misma.

-¿Quién es mejor político, usted o su hermano?

-Somos un complemento. Emir tiene características especiales, es muy buen administrador y tiene mucha experiencia en la actividad privada, mucho más que yo y eso ha sido bueno en esta etapa ya que creo que uno de los requisitos fundamentales en la gestión, además de tener presente lo público, es que hay que poder cumplir con las funciones y administrarlas muy bien. Él es muy bueno en eso.

-¿Se pelean por temas políticos?

-Sí, muchísimo. Mi hermano es mucho más temperamental que yo que soy más tranquilo. Tenemos estilos distintos pero los mismos objetivos, lo que hace que seamos un complemento.

-¿Cómo es militar en San Rafael donde todos se pelean contra todo…?

-San Rafael genera, en todos los partidos políticos, una gran cantidad de dirigentes. Hay mucha actividad política, siempre ha habido mucho debate interno y creo que eso es bueno. No se genera ni se crece en la paz de los cementerios. Creo que eso sirve cuando la pelea es honesta y tiene un sentido de aporte y de construcción.

Siempre digo que cuando uno está convencido de algo, cree que es lo mejor y son parte de las ideas, se defiende con pasión. Y a veces la pasión lleva a que sean subidos de tonos los debates, pero en general eso no me parece malo cuando se da en ese contexto.

-¿Le gustaría ser candidato a gobernador?

-Creo que si uno está en la actividad política, por supuesto. Siempre se dice que a cualquier sacerdote le gustaría ser papa. Pero no se trata de una cosa que pueda desvelarme y que sea un objetivo. Creo que cuando uno se propone un objetivo como ese debe primero pensar si está capacitado, debe ver si tiene un equipo y un plan. Digo primero el equipo porque con el plan solo no alcanza. Creo que cuando se llega sin esa combinación no se pueden llevar adelante las políticas de estado que se necesitan. Toda ambición política está bien y la ambición es lo que hace al crecimiento.

-Cuando entrevisté a Alejandro Abraham dijo que le gustaría que Rubén Miranda fuera como candidato a gobernador, ¿qué le parece a usted?

-Me parece bien. Rubén es un gran dirigente y espero que el Justicialismo no tenga un candidato sino que tenga muchos hombres en condiciones de poder ser candidatos a gobernador.

-¿Quiénes están en condiciones?

-Cualquiera de los intendentes… Para mí es importante que quien vaya a ser gobernador tenga la experiencia de haber pasado por la intendencia, si ha sido un buen intendente seguro será un buen gobernador porque el nivel de demanda de trabajo que exige una intendencia diría que es mayor que el que exige una gobernación. En la gobernación uno tiene la posibilidad de descentralizar muchas cosas a los ministerios y cada uno es una unidad de gestión. Pero cuando surgen problemas en la comuna todos quieren hablar con el intendente y no con los secretarios. Entonces, creo que cualquiera de los intendentes del PJ está en condiciones de ser gobernador.

-Paco Pérez no fue intendente, ¿es buen gobernador?

-Es buen gobernador y le ha tocado afrontar una situación complicada. Venimos de algunas gestiones que han sido difíciles y ha tenido una herencia complicada, sobre todo en la gran carga de personal que recibió de las dos gestiones anteriores. En esto los justicialistas nos tenemos que hacer cargo de la parte que nos toca. Si vemos cómo aumentaron las plantas de personal del Estado provincial en la etapa de Cobos y Jaque, con eso basta para comprender las dificultades que tiene Paco y que se trasmiten a los mendocinos. Pero es un tema que ha llevado muy bien.

Debo decir que al principio de la gestión del gobernador Pérez tenía muchas dudas y miedos de cómo se iba a administrar esa situación en la provincia.

-¿Cómo era su relación con Jaque?

-Fue siempre mala, de debate y discusión. Lo respeto y lo respeté siempre. Fui intendente mientras él era gobernador y nunca tuvimos buena relación. Tenía buenas condiciones políticas pero no comparto ni compartía su forma de administrar y ni siquiera la de llegar. Todavía recuerdo el mapa del delito y creo que es el límite de la política. No todo sirve para llegar…

-Con el vicegobernador Ciurca, ¿cómo es su relación? ¿la Corriente se va a quedar con el partido?

-Con Ciurca nos conocemos desde el retorno de la democracia, hemos militado mucho juntos. Somos amigos y creo que es un gran dirigente, con mucha experiencia política. La Corriente es una línea interna más. El Justicialismo tiene matices y, además,  históricamente el Justicialismo sabe hasta dónde hacer llegar los conflictos y los debates y cuál es el punto de parar y priorizar el interés general. Esto hace que haya mucho equilibrio y Carlos a esto lo entiende muy bien. Es un buen dirigente, con mucho futuro en la política no sólo provincial sino nacional.

 

 
-Y, finalmente la decisión judicial que favoreció al Frente para la Victoria respecto del cupo femenino…

-Este conflicto de la misma forma ya había ocurrido en Santa Fe y los caminos legales fueron los mismos y el resultado también. El Justicialismo tiene mucha historia en al defensa de los espacios y los derechos de la mujer y no hace falta ni que lo diga. Yo integro una cámara de diputados donde el 50 por ciento del bloque son mujeres. Ocurre lo mismo en la Legislatura provincial… nos sobra  historia y antecedentes como para decir que el Justicialismo le da a la mujer el lugar que le corresponde y el que la mujer se gana, porque no es un concesión graciosa. Pero no es el único lugar de representación que se tiene que tener en cuenta cuando se hace una lista, se debe tener en cuenta la representación territorial, la representación de los jóvenes, la sectorial y hay muchas cosas que faltan… A mí me preocupa que veo poca representación gremial y creo que la principal causa de la reacción de la oposición es que ellos no tienen representación territorial como tiene el Justicialismo, con una lista que conjuga gente del Gran Mendoza, del Sur, del Este. En la lista hay dos intendentes: el de Maipú y el de San Martín. Esto de alguna forma manifiesta una intención de tener en cuenta los departamentos y las regiones de una forma muy especial.

-¿Por qué quiere volver a ser diputado?

-Ha habido dos etapas muy importantes: la que me tocó transcurrir a mí ahora ha sido de acompañar y ser parte de un proyecto nacional que necesitaba del Congreso una acción especial en todo lo que tenía que ver en leyes para la Nación: la ley del Banco Central, YPF es otra de la gran muestra de las leyes que había que conseguir, el retorno y la recuperación de los fondos de las AFJP y así muchísimas leyes que podemos mencionar. Esto hace que fuera una etapa donde lo fundamental estuvo focalizado en esas leyes que iban a la nación. Ahora creo que viene una etapa distinta que tiene que ver con las leyes que se necesitan para que haya más desarrollo en el interior.

-¿Qué comisión le gustaría integrar en esta etapa que podría venir?

-Actualmente, estoy en varias comisiones, pero las más importantes son Agricultura y Ganadería, Presupuesto y Energía. Son comisiones fundamentales que tienen que ver con los intereses de Mendoza. En esas tres, si los mendocinos nos renuevan el crédito, quiero seguir estando… hay muchísimas comisiones donde me gustaría estar, pero creo que más de cuatro es difícil de atender. Yo por ejemplo estoy en seis, pero cuando uno pasa las cuatro se hace difícil poder atender a todas con la eficiencia que corresponde.

-¿Cuántos proyectos ha presentado?

-He presentado, individualmente, cuatro proyectos. Y combinados con otros legisladores hemos presentado más de 50, que hemos trabajado en forma conjunta.

-¿Esos cuatro proyectos sobre qué tema eran?

-Hay diversos, pero  te digo los que tienen impacto con Mendoza. Hay uno que me causó mucha gracia porque yo pensé que iba a ser tenido en cuenta acá, pero me llamaron de todas las provincias menos de Mendoza. Cuando ocurrió el hecho de la central nuclear de Fukushima, yo solicité que en función del mapa sísmico de Argentina, todo el desarrollo nuclear en el país se hiciera fuera de la zona del riesgo sísmico. El proyecto es más largo pero te estoy dando la idea general. Hubo provincias como Córdoba que se interesó mucho porque ellos tienen la central de Río Tercero y prácticamente están en el límite de la zona sísmica. En Córdoba generó ruido y en algunas aéreas científicas del país también. Después hay otra que me parece vital y que es la promoción de ganadería en las zonas áridas. Esto para Mendoza es muy importante porque cuando uno ve el desplazamiento de la ganadería, por efecto de la soja, nota que no está acompañado por la inversión necesaria para que los campos sean rentables. Hoy, el Plan Federal de Ganadería puso a disposición del sector 4.000 millones de pesos, se tomaron 2.800 millones en la zona de la Pampa Húmeda y quedan 1.200 que nadie toma por la falta de proyectos. Entonces, la idea es ver cómo podemos utilizar esos fondos para que Mendoza crezca pensando que tenemos todo el Este, el Sur y parte del Valle de Uco con importante desarrollo ganadero. Cerca del 60 por ciento del territorio provincial puede desarrollar esta actividad. Después los demás proyectos que hemos trabajado están vinculados a actividades productivas. Hemos trabajado mucho los pasos internacionales, yo integro la comisión Bicameral Argentino Chilena, que es una comisión importante para Mendoza y en esto nos está faltando un mayor desarrollo. Es una comisión que la preside un miembro del partido de Cobos y la comisión está parada, a pesar de los reiterados pedidos del embajador Ginés González García que ha pedido que la comisión se ponga en marcha porque la necesita en la relación Bilateral.

 

 

-¿Cómo fue haber tenido alineados a dos personas como Cobos y Lousteau que se enfrentaron por la 125 y ahora están aliados?

-Lousteau demostró que poco tenía que ver con el sentimiento y el pensar del Justicialismo y el Frente para la Victoria. Con respecto a Cobos, la historia lo va a juzgar. Hoy cualquier productor sojero quisiera tener las 125 porque estaría ganando mucha más plata. Ahora cuando se dio aquella pelea, los intereses de los mendocinos no estaban en ningún lado porque se defendían los intereses de los sojeros. Hoy los números muestran que la 125 sería muy buena para los productores.

-¿Cree que Néstor Kirchner se equivocó al llevarlo como vicepresidente?

-Yo creí en la Concertación y creo que debe existir la capacidad de diálogo entre hombres de distintos partidos para ponerse de acuerdo en puntos esenciales para los grandes objetivos de un país. Lo intentó Perón en algún momento con Balbín, pero no lo dejaron… Cobos tuvo una oportunidad histórica y no estuvo a la altura de la circunstancia. Podría haberle dado una fortaleza fundamental a la política y decidió no por la política sino por los sectores concentrados de la economía. Es una lástima para Argentina, pero cada cual se tendrá que hacer cargo de su responsabilidad.

-¿Se anima a arriesgar un resultado para las elecciones?

-Gana el Frente para la Victoria, no por mucho pero gana.

-¿Por qué «no por mucho»?

-Porque hoy hay una dispersión en los sectores de la oposición. Hay mucha gente que ve en algún dirigente una posibilidad de algo distinto sobre todo por lo que algunos medios han vendido. En algunos sectores hay mucha confusión y la gente hoy ante la poca oferta en propuestas no va a poner en riesgo lo logrado. Cuando ves los afiches de la oposición, se basan en frenar a Cristina y no en ideas superadoras.

-¿Cuál es el candidato más débil de la oposición?

-Los demócratas son los que han tenido menor presencia, mayor dispersión de la fuerza, no han tenido una propuesta que genere expectativa en la sociedad y que incorpore juventud. Es una fuerza política que cada día tiene menos atractivo, sobre todo para la juventud. Seguramente será más fácil responder la pregunta después de las PASO.

-¿Iglesias tiene chances?

-No de ganar pero creo que va a hacer un muy buen papel. Está dando una batalla ideológica dentro de su fuerza política, un intento de salvar el radicalismo a partir de lógicos miedos de que esa fuerza política pueda terminar sirviendo a cualquier otro interés. Por más que hoy utilice el sello del Partido Federal nadie puede decir que Iglesias no es un hombre del radicalismo. Lo que está haciendo es una batalla de dignidad.

 

Fuente: MDZ
Gema Gallardo Accardi@gemagallardo
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