San Rafael, Mendoza viernes 19 de abril de 2024

«Argentina debe mejorar la articulación de la inflación con el Impuesto a las Ganancias»

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De vista en Buenos Aires, la directora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América latina y el Caribe, la venezolana Elizabeth Tinoco, reveló las perspectivas sobre el empleo para 2013 y analizó las medidas laborales que se aplican en el país. «Las políticas anticíclicas de la Argentina son un referente para la región», afirmó. 

Tinocco exhortó al Gobierno nacional a «revisar» los mínimos no imponibles, aunque destacó la reciente suba de 20% anunciada por Cristina de Kirchner. «Es un alivio para los sectores de menores ingresos», consideró.

Periodista: ¿Cuál son las perspectivas sobre el empleo para la región? 

Elizabeth Tinoco: Tenemos un optimismo moderado. En comparación con otras regiones, América latina ha tenido un crecimiento económico y socio laboral bastante positivo. El comportamiento ha sido sostenido con empleo formal, pero también con crecimiento de la informalidad. Hoy estamos en un crecimiento económico del 3,4% pero con perspectivas para el 2014 y 2015 de remontar en términos ponderados. En la Eurozona vemos que las economías entraron en recesión, hay pérdidas de puestos de trabajo de miles y miles. América latina cerró el año pasado con 6,4% de desempleo, con una tendencia leve hacia la baja. Para este año se espera una tasa de 6,1% o 6,2%, con un crecimiento económico que se va a mantener en 3,1% o 3,2%. Brasil y Argentina que se han visto un poco más afectados por el impacto de la crisis, y sobretodo por la lenta recuperación de los Estados Unidos y la desaceleración de China.

P.: ¿Cuáles son las principales amenazas a esa tendencia favorable? 

E. T.: En principio la amenaza está vinculada al crecimiento del precio de los commodities. Hasta ahora no han tenido una variación tan dramática, ni la prospectiva es de una variación tan dramática. Hay otros desafíos como mantener la dinámica del mercado interno, uno de los factores económicos que ha mantenido el crecimiento. Otro desafío que juega un papel importante es la apertura de tratados comerciales de América latina y las relaciones internacionales, como por ejemplo con Asia y dentro de la propia región. Por último, otro desafío es avanzar hacia un desarrollo más sustentable. La OIT sostiene que hay que colocar las políticas de empleo en el centro de las políticas macroeconómicas. Es la vía más segura de pensar en la sostenibilidad del crecimiento.

P.: ¿Cuál es la situación del empleo informal en la región? 

E. T.: Ha mejorado el tránsito de la formalidad a la informalidad. El año pasado cerró con un leve descenso al 47% de informalidad. Más del 68% de la informalidad lo genera la pequeña y mediana empresa. Si este sector, que genera la mayor cantidad de empleo, lo hace de mala calidad, sin inserción a la cadena productiva, sin acceso al crédito, que permita fortalecerse y expandirse, el crecimiento económico a futuro no va a ser tan sustentable.

P.: ¿Qué se recomienda? 

E. T.: Políticas que permitan mayor acceso al crédito, mayor capacitación, incorporación de nuevas tecnologías, modernización, más articulación productiva que pueda vincular a los sectores más rezagados con los más avanzados.

P.: ¿Es viable hoy una flexibilización de las leyes laborales para generar más puestos de trabajo? 

E. T.: La legislación en la mayoría de los países de América latina tiene márgenes que permiten perfectamente un desarrollo económico deseable con creación de empleo. Estamos frente a una oportunidad única en la región. Cada vez hay una mayor conciencia de la importancia redistributiva del salario, en términos de distribución de la riqueza. Si se avanza en un esquema donde la capacidad adquisitiva de la gente se minimiza porque los salarios no son los adecuados para las necesidades mínimas, eso deprime el mercado interno. Avanzar en un esquema de competividad con bajos costos laborales es una concepción que está pasando, que ni si quiera en China sucede. Lo importante es que la recaudación fiscal tenga un retorno en calidad a la sociedad.

P.: ¿Cómo califica las políticas tomadas por la Argentina para afrontar la crisis internacional? 

E. T.: La Argentina aprendió mucho de la crisis del 2001 y esto le sirvió de gran lección para aplicar ahora políticas que sin duda son un referente para la región, como las políticas activas del mercado de trabajo. Las políticas anticíclicas sirven para aguantar los embates de las crisis o recesiones a nivel internacional, como la Asignación Universal por Hijo o el seguro de desempleo. Las promueve la OIT porque permiten a los Gobiernos continuar el crecimiento económico con generación de empleo. Argentina ha hecho buena letra. Muchas de las políticas que anunciábamos como buenas prácticas de los Gobiernos, que estaban incluidas en el Pacto Mundial para el Empleo que publicó la OIT en 2009, las comenzó a aplicar la Argentina a partir de 2008.

P.: El desafío es mantenerlas… 

E. T.: La sustentabilidad. ¿Hasta cuándo pueden seguir? ¿Hasta cuándo hay un piso fiscal que permita la continuidad de esas políticas o iniciar un proceso de nuevas políticas que tengan el mismo efecto, pero con mayor sustentabilidad? Hasta ahora se siguen aplicando las primeras y han sido una diferencia importante en materia de inclusión. Fueron determinantes para mantener el nivel de bienestar mínimo y dinamismo en el mercado local. Las recaudaciones fiscales van a permitirle al Gobierno un espacio para seguir sosteniéndolas.

P.: ¿Qué opina del Impuesto a las Ganancias? 

E. T.: En la mayoría de los países del mundo se paga Impuesto a las Ganancias. El tema es el porcentaje y los mínimos impositivos. Uno de los problemas más graves de América latina es la desigualdad. Si a los sectores de mayores ingresos los gravan con la misma tasa que a los de menos, la inequidad va a incrementarse, y si a eso le sumamos la inflación, tenemos una inequidad duplicada. Entiendo que en la Argentina es un tema que es objeto de reclamos por parte de distintos sectores sindicales de hace tiempo y asociado a la inflación. Es un círculo que habría que revisar y ver un poco cómo se articula mejor la inflación con los mínimos impositivos.

P.: Recientemente, el Gobierno elevó 20% el mínimo no imponible ¿Considera que fue suficiente? 

E. T.: Sin duda que esa medida va a ser un alivio para los sectores que tienen menores ingresos, para que puedan no ser afectados en la reducción de sus salarios. Va a beneficiar a un número importante de trabajadores. Si es suficiente o insuficiente es un tema de los argentinos. Desde distintos sectores hemos escuchado distintas posiciones. Algunos aspiraban a un 25%, otros han dicho que 20% era mucho, y otros querían 50%. Es un tema muy nacional, pero ocupa a toda la región.

P.: ¿Es aconsejable eliminar ese gravamen? 

E. T.: Los impuestos son recursos que utiliza el Estado para el bienestar colectivo y para generar avances en la inclusión social. En la medida en que tengamos servicios públicos decentes, de calidad, como atención hospitalaria, transporte, electricidad, agua potable, trabajo, los impuestos tienen que ser utilizados y recaudados como se debe, sin evasiones fiscales, con mayor conciencia de los ciudadanos de su grado de aporte y contribución al bienestar colectivo. No se pueden hacer políticas de inclusión social si no hay recursos que vengan del Estado, sin que sean dádivas.

P.: ¿Perjudica la fragmentación de las centrales obreras a la hora sentarse a negociar mejoras salariales? 

E. T.: Ninguna fragmentación es positiva en estos términos. Pero el problema no es la fragmentación del movimiento sindical, sino el fortalecimiento de la institución laboral. Mientras existan mecanismos tripartitos de establecimiento de salarios mínimos y de incrementos salariales que acompañen a la inflación, la fragmentación, si son una sola voz o varias voces, no genera ninguna preocupación.

P.: Entre oficiales y no reconocidas, en la Argentina hay por lo menos cinco… 

E. T.: En todas las sociedades el pluralismo es parte de las expresiones de libertad democrática y sindical. No tiene por qué haber un solo movimiento sindical monolítico para tener negociaciones exitosas. Lo importante es la participación de los sindicatos y los empleadores en esa institución laboral. En la medida en que sea fuerte, respetada, legítima y sólida, y que se apliquen las decisiones que allí se toman, el grado de diálogo y de avance en material salarial será mucho menos cuestionable.

Fuente: Ambito.com

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