San Rafael, Mendoza jueves 28 de marzo de 2024

«Como ministro, se me cae la cara de vergüenza al decir que se me hundió un buque»

buque-hundido

El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, reconoció hoy que se le cae «la cara de vergüenza» cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le pregunta por el hundimiento del buque Santísima Trinidad en la Base Naval de Puerto Belgrano, a 30 kilómetros de Bahía Blanca. También insistió con la hipótesis de un posible «sabotaje», aunque admitió que él mismo no es «un experto en buques ni mucho menos».

«Como ministro de Defensa, cuando la Presidenta me pregunta, se me cae la cara de vergüenza al decir que se me hundió un buque amarrado en el puerto«, dijo el ministro esta mañana.

Ayer Puricelli sorprendió al afirmar que el buque que participó en la guerra de Malvinas podría haber sufrido un sabotaje. Y hoy insistió en esa línea: «Dentro de toda la sorpresa que me causa el incidente vivido por el Santísima Trinidad, indudablemente nosotros no descartamos bajo ningún aspecto la posibilidad de un sabotaje (…) Es raro que, estando amarrado a puerto, se pueda hundir en cuestión de horas sin ninguna razón aparente».

«Esto tiene que tener una explicación muy sólida. Le pedí al jefe de la Armada (almirante Daniel Martin) que acelere todos los tiempos en el marco de la planificación correspondiente, para rápidamente darle una explicación a la sociedad«, dijo y agregó: «Nadie planteó ‘acá hay un problema en este buque que puede tener una avería y nos falta algún elemento’. No es un problema presupuestario. Este es un problema o de negligencia o es un sabotaje«.

El ministro señaló que el barco que se hundió en el puerto «es un buque de hace 40 años, no de cien años» y resaltó como llamativo que «la Fragata Sarmiento, de Puerto Madero, tiene más de cien años y no se hunde». También dijo que «son buques hechos con aleaciones especiales» en los que «el herrumbre tarda más» en formarse. Pero también admitió: «No soy un experto en buques ni mucho menos«.

El destructor, un buque construido en el país que fue nave insignia en el desembarco a Malvinas en 1982, había sufrido el domingo pasado la rotura de una válvula de seis pulgadas, lo que provocó el hundimiento de varios compartimientos, aunque se analizaba si una grieta en el casco precipitó la situación.

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